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Capítulo 72

Da zai vs San zai

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Con pasos alegres, Da zai se acercó poco a poco al montón de cactus.

"Ho, ho, ho, Da zai está a punto de tener otra comida..."

Al decir esto, antes de que pudiera acercarse lo suficiente, pareció que había pisado algo duro bajo sus pies.

El camello ladeó la cabeza y levantó la pata delantera derecha, confundido.

En la pezuña tenía un par de pinchazos, pero debido a la dureza de las pezuñas del camello, no habían penetrado demasiado pero estaban incómodamente clavados entre los dedos.

Da zai gruñó, sacudió la pata para quitarse las espinas y siguió feliz su camino.

Sólo que, no muy lejos, parecía oírse un leve sonido de maldición...

"¡Maldita sea!"–  La voz dijo: "Sus pezuñas son demasiado duras."

Un gran signo de interrogación creció en la pequeña cabeza de Da zai.

Wow.

Así que la espina no había sido pisada por accidente, ¡sino por alguien que intentaba hacerle daño!

Da zai refunfuñó por las fosas nasales y levantó los pies para caminar hacia delante.

"Oh no, ya viene".

"¡Que no cunda el pánico! Trabajemos juntos y lo repeleremos seguro".

"Wu wu wu pero tengo tanto miedo......"

Los oídos del camello se llenaron de gritos de pánico, y Da zai sonrió con orgullo, diciendo: "Adelante, grita, cuanto más grites, más feliz seré."

Salvo a su perverso hermanito, que es poderoso, ¡no le teme a nadie más!

Con esta creencia en mente, Da zai se lanzó al ataque sin vacilar.

Sin embargo, mientras corría y se empapaba, empezó a notar que algo iba mal.

¿Cuándo se había vuelto tan blanda la arena bajo sus pies?

Justo cuando este pensamiento pasó por la mente de Da zai, miró hacia abajo y vio que sus pies se habían hundido en la arena.

"¡Listo!"

Los ojos de Da zai se abrieron de par en par, asombrado, y sólo cuando oyó la ovación intentó mover las patas...

Entonces se dio cuenta de que no podía salir.

Los expertos en la supervivencia en zonas salvajes saben que, una vez atrapado en una trampa de arenas movedizas, lo mejor que puedes hacer es quedarte quieto y esperar a que alguien de tu entorno te rescate. Sin embargo, Da zai no tenía en la cabeza ninguna experiencia de supervivencia relevante.

Instintivamente luchó con sus extremidades, pero no se dio cuenta de que cuanto más luchaba, más rápido se hundía.

En un abrir y cerrar de ojos, las patas del camello quedaron medio atrapadas por la arena amarilla. Fue entonces cuando Da zai sintió realmente el "peligro" de la trampa y entró en pánico.

"Ayuda, Er didi, San didi, Si didi, ayuda."

Para defenderse del "monstruo", San zai preparó un total de cuatro trampas.

La primera, fue con las púas del cactus. Al cavar una zanja en la arena y cubrirla con una capa poco profunda de arena amarilla, forrada con sus púas y las de sus compañeros, formó la defensa más externa.