Chan mezcla en la paleta un par de colores y traza la fina línea que dividía el trasero del chico dibujado con suma delicadeza.
Sus piernas dormidas y blancas son atractivas incluso en un lienzo, su trasero redondo y puntiagudo resalta como un bello durazno a la luz de la luna. Las palmas del mayor sudan cada que dirige su vista a su amigo que lleva poco más de cuatro horas de pie, completamente desnudo y de espaldas a él.
—Recuérdame por qué estás pintandome por partes —pregunta Minho normal como si hace unas horas sus labios no se hubieran vuelto adictos a los de su mejor amigo con un simple roce.
—No te lo había dicho —responde colocando un poco de rosa para mezclarlo con blanco y café claro. —Es para saber ilustrar a la perfección a nuestra musa. El proyecto en sí es en partes y ya después pintaremos el frente por completo en una pose.
El silencio se hace presente, Chan lo interpreta como uno incómodo pero la realidad es que para Minho dejó de serlo.
—Entonces me pintarlas también la entrepierna —dice esta ves tratando de sonar seguro pero su voz sale entrecortada de la pena y se mueve un poco.
—No te muevas —lo regañan —Y si Minho, te pintaré de pies a cabeza... Se supone que debíamos de empezar con el frente pero logré convencer a la maestra de que era bueno haciendo rostros.
El pincel se mueve con gentileza sobre ese cuadro, Minho se mantiene quieto y Chan expectante de poder tener un momento adecuado y preguntarle al chico que significado tenía ese casto beso en su vida por que para él lo había sido todo.
Las horas pasan y las piernas del menor se entumecen más.
—Debiste de hacerlo por partes y no todo al final —dice cuando Chan coloca en sus hombros la bata con la que entró al estudio.
Por fin podía relajar cada músculo de su cuerpo.
—Era la primera vez que dejabas de hablarme, no sabía cómo acercarme.
Los dos ríen nerviosos y Minho se da la vuelta para enfrentarlo.
El mayor lo mira con cariño, aquel destello de deseo también se distingue y Minho impaciente por sentir sus labios de nuevo camina los tres pasos que lo separaban para lanzarse a sus labios.
Un beso torpe y brusco da inicio a una sintonía de latidos. Chan intenta seguirle el ritmo pero la verdad es que sus dientes chocan torpemente con los del menor, Minho estaba siendo muy brusco. Con gentileza sintiendo el sabor metálico en su boca lo separa.
Las dos pares de mejillas están rojas, los labios hinchados por la torpeza y una pequeña gota de sangre del mayor decora ambos labios.
—Lo lamento —habla el menor con la mirada gacha sintiendo como su rostro en cualquier momento estalla de la vergüenza.
Un par de ojos emocionados recorren su cuerpo cubierto por el carmín como un adulto que acaba de descubrir el verdadero valor de la juventud Chan toma su rostro con ambas manos y le dice:
—Debe ser lento, quiero disfrutar de ti y que tú disfrutes de mi —Une sus labios, su rostro lo inclina para poder saborearlo y cuando su lengua traza el contorno de estos Minho abre la boca para darle permiso a explorarlo. La lucidez de ese momento es peleada por los dos.
Cuando la falta de aire es vital los dos se separan y se sonríen mostrando aquellos dientes blancos.
—Me gustas tanto —Y el mundo se detiene, en ese cuarto cuando la luz acusa a esos nuevos amantes a amarse para siempre Chan siente sus ojos llenarse lágrimas y se separa de Minho. —¿Por qué lloras? Dime qué no acabo de arruinar nuestra amistad —las palabras trabadas en su lengua y el tartamudeo de pronunciarlas sacan del sueño al mayor.
—¡Me dejaste de hablar por qué te gusto! —exclama apretando sus manos en un puño.
—Puedo explicarlo —dice apresurado y moviendo sus manos trazando figuras invisibles en el aire para encontrar las palabras adecuadas. —Yo... - Pero no termina su frase por qué Chan lo jala a él para chocar con su firme pecho, como su altura no era diferente el mayor comienza a besar el rostro del manojo de nervios humano.
—Me las vas a pagar —dice divertido dejando que las lágrimas de alegría rueden por sus delgadas mejillas. —Creí que me empiezas a odiar por que eras mi musa —Entre besos donde uno que otro golpea su piel con saliva la risa tímida del menor brota entre sus dientes apretados y coloca sus manos en los costados de la cadera de Chan.
—Aún sigo esperando esas palabras que digan que también te gusto —cierra sus ojos y aferra su agarre.
Chan achica sus ojos y con una sonrisa en busca de venganza aprovecha la vulnerabilidad del momento y habla.
—Eres tan tonto, Minho... Claro que no me gustas, somos amigos. Crecimos juntos. —La esfera de amor que creció se esfumó en segundos.
Unos pasos torpes del menor lo separaron y vio a su acompañante de por vida: sus ojos estaban vacíos no mostraban ninguna emoción, sus cejas estaban juntas mostrando disgusto y sus brazos se cruzaron en su pecho reafirmando su rechazo.
El menor quería morirse en ese momento, desaparecer si podía y olvidarlo si era posible. Borrar su memoria sería una opción también. Era tan tonto.
Las lágrimas no tardaron en caer, como una cascada su rostro se humedece y un sollozo de dolor nació de su boca.—No llores por favor... Solo era una broma, por favor no llores pequeño, no llores —corriendo hasta envolverlo en su cuerpo. Lo consuela mientras solloza entrelazando sus dedos con la mano delgada del mayor. —A mi también me gustas y mucho... Me tienes loco Lee Minho, ya no llores por favor.
Separa su cabeza del cuerpo cálido y lo ve mientras sorbe su nariz.
—¿En verdad te gusto? —pregunta sacudiendo su cuerpo por los sollozos.
—Claro que sí, me tienes loco. Te quiero mucho, mucho. Te quiero a mi lado — vuelve a confesar y limpia las lágrimas que caen en su rostro.
—¿Por qué dijiste lo anterior? Me hiciste daño, creí que te perdía... —Minho empuña su mano y golpea con fuerza su pecho. Suelta un quejido y responde:
—Acaso no pensaste en lo mucho que me hiciste sufrir a mi también. Minho estaba acostumbrado a ser el centro de tu mundo y de la nada me dejaste, parecía que no te dolía mi ausencia y yo sentía morirme sin tenerte a mi lado.
El rosa vuelve a resaltar su pena en el rostro.
—No fue mi intención, estaba tratando de lidiar con mis sentimientos por ti... De los dos tú eras el declarado gay, yo ni siquiera sabía que me gustaban los hombres.
Una ronca risa suelta Chan.
—Pequeño solo te gusto yo —dice y besa sus labios uno de muchas veces en que aquella noche prometieron comenzar a dar pasos de bebé en busca de que fin tendría su relación.
En busca de encontrar la vela de esperanza que los llenará de seguridad para arriesgarse por un nosotros en el presente y en el futuro.
...
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Just love •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗 °•
Fanfiction¿𝚀𝚞é 𝚙𝚊𝚜𝚊 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚞 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘 𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚟𝚒𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚎𝚗 𝚝𝚞 𝚖𝚞𝚜𝚊? ¿𝚀𝚞é 𝚙𝚊𝚜𝚊 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚌𝚌𝚎𝚍𝚎 𝚊 𝚙𝚘𝚜𝚊𝚛 𝚍𝚎𝚜𝚗𝚞𝚍𝚘 𝚢 𝚜𝚎𝚛 𝚍𝚒𝚋𝚞𝚓𝚊𝚍𝚘? 𝙻𝚊 𝚊𝚖𝚒𝚜𝚝𝚊𝚍 𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚟𝚎𝚛𝚝𝚒𝚛á 𝚎𝚗...