Entre Dragones y Sangre: Parte dos.

291 21 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






















Sentia la penetrante mirada del hombre delante de ella , no podía decir que no se sentía amenazada porque claro que se sentía muy vulnerable delante de su medio hermano. Vió a su al rededor y se dio cuenta que no había nadie cerca de donde ellos dos estaban.

Se sentía ansiosa, Aemond solo estaba ahí parado delante de ella sin decir palabra alguna. Se removió un poco incómoda de la situación y decidió que sería ella la que rompería con ese abrumador silencio.

— Aemond.— Su voz sonó un poco más tranquila está vez, tomo un poco de valentía y siguió hablando.— Te vez muy diferente, casi no te reconozco, si no fuera por el parche.— la sola mención del objeto pareció causar molestía en el contrario.

— Algo que tengo que usar debió a tu adorable hijo.— había un claro desprecio en esas palabras. Era entendible que el siguiera molesto por ese hecho. Así que intento desviar el tema de conversación.

— Supongo que no es nada cómodo , lamento que tengas que usarlo.

— Yo igual.— la vió con suma atención antes de volver a hablar.— ¿Y se puede saber que hace aquí la futura Reina de Westeros? Hace mucho que no venías a King's Landing.

— Me enteré de la delicada salud de nuestro padre y vine a verlo.

— Claro el Rey está en sus últimos días , así que has decidido ser una buena hija y has venido a cuidarlo.— todo lo que decía, no sonaba honesto, había cierta maldad en todo lo que Aemond decía.

— Puede que no lo creas pero así es.— lo vio moverse y caminar a su alrededor , se detuvo cuando quedó justo atrás de ella.

— Me parece bien.— lo sintió acercarse e inclinarse cerca de su odio.— En este lugar muchos planes se están llevando acabo. Todo mundo quiere tu trono... Hermana.

Lo sintió alejarse y dejo escapar todo el aire que había estado reteniendo en sus pulmones, eso había sido, raro, incómodo y extraño. Pero porque Aemond le había dicho eso , si el sabía sobre esos planes ¿porque se los decía? ¿Quería algo a cambio tal vez?.

Se dirigió a la habitación del Rey, de su padre Viserys. El hombre estaba acostado en la cama, se veía tan diferente al hombre que ella recordaba.

Tan débil, tan enfermo y vulnerable, el hombre que se encontraba enfrente de ella parecía otra persona. Ese no era el Rey que ella recordaba, una profunda tristeza la invadió y también la culpa.

— Perdoname , no debí dejarte con ellos , debí ser más valiente y luchar, pero mis temores y miedos no me dejaron.— acariciaba la delicada y frágil mano de su padre.— Pero ya estoy aquí , volví y está vez no te dejare solo.

Estuvo al rededor de medía hora con el Rey, después de eso se despidió dándole un beso en la frente. Salió de la habitación, tenía mucho que hacer y mucho que arreglar.

MultishippDonde viven las historias. Descúbrelo ahora