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Sentía su corazón romperse , el pecho le dolía, las lágrimas silenciosas abandonaban sus ojos , contenía el sonido que podía salir de su boca , era un mal hermano, uno muy malo . Se supone que debía de estar feliz, muy feliz por todo lo que estaba pasando , la guerra no inició, se detuvo una vez que su madre y la Reina Alicent llegaron a un acuerdo.
La solución fue difícil, porque él se opuso , se opuso a casarse con su tío Aegon , pero al ver que la situación era tensa decidió ser el digno y comprensivo heredero que era. No había manera de detener la guerra , la única solución fue que él, el heredero se casará con el primer hijo y Lucerys con Aemond.
Esa era la solución, era lo correcto y lo mejor para todos y para ambos mandos.
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— Eres muy hábil — jadeó un poco por la falta de aire.— Has entrenado muy bien Tío.
— Ser Criston Cole ha sabido entrenarme — hizo una mueca ante la mención del hombre y él lo notó— Se qué no es de tú agrado pero te aseguro que es bueno en su deber.
— Te creó, has logrado derribarme dos veces.
— Y tú cuatro, eres fuerte y ágil para ser Omega.
— Soy un heredero tío, debo de ser hábil y ágil en muchas cosas.
— Digno de tí, deberías de ser un poco más flexible, libre cómo tú hermano.
— Lucerys y yo no somos iguales Aemond — y ahí lo vio , había un brillo en la mirada de Aemond que sólo veía cuando el hombre hablaba de su hermano.
Si bien la tensión entre sus madres siempre fue evidente, ellos como tal no se llevaban mal, incluso Aegon se opuso a la usurpación. Es por eso que Alicent no tuvo más remedio que aceptar los matrimonios de sus hijos con sus sobrinos, sólo así su sangre estaría en el Trono de hierro.
Sin embargo los únicos felices eran Aemond y Lucerys, lo supo desde antes , ellos estaban destinados a estar juntos, estaban hechos el uno para el otro. Y él estaba condenado a verlos , y fue más cuando el compromiso se anunció.
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— Aquí estás — escuchó la voz de Aegon a su espalda, se limpió torpemente las lágrimas y volteó a verlo— Jacaerys— habló con pena.
— Yo... lo lamento.
— ¿Lamentas que, estar enamorado de alguien que está por casarse con otra persona?— se veía triste — Te entiendo.
Y era verdad, porque Aegon estaba enamorado de Lucerys, había hablado con su madre Alicent para cambiar su matrimonio pero ya estaba pactado y nada podía hacerse . Él lo supo en su primera cita , ambos fueron honestos, harían eso porque era lo mejor para el Reino, porque si no lo hacían sabían que Otto y Alicent causarían más problemas.
— Es doloroso verlos juntos— Aegon se sentó a su lado en aquel solitario pasillo — Se ven tan felices.
— Lo son— ambos veían al frente, la pared parecía ser lo más interesante del lugar— Pero nosotros también podemos serlo. No cómo ellos claro, pero podemos intentarlo sin amor de por medio.
— Cariño , si podríamos intentarlo , nos acompañaremos en el dolor y en este proceso. Seremos esposos después de todo.
— Así es, yo no soy Lucerys.
— Y yo no soy Aemond.
No eran las personas a las que amaban pero se harían compañía, se apoyarían y el dolor sería más llevadero para ambos.