La tensión se notaba desde más de cuatro metros de distancia. Memo avergonzado y Messi viendo sus rizos de forma extraña.
El pecho de Guillermo se tintó de un rojizo hermoso que hacía notar y resaltaba su hermoso color de piel; un canela tan delicioso que puede llegar a ser obsesivo, un arcoiris apagado suena mejor que perder ese hermoso tono de piel que resaltaba cada rincón de el cuerpo apenas visible de él hombre de rizos; quien ahora se encontraba arruinado por un coqueteo que Leo le dio.
De tan solo pensar como Francisco estaba completamente arruinado por un halago, hizo despertar en él la necesidad de arruinarlo más y más, y lo haría hasta que lo único en lo que pueda pensar sea en sus halagos y en lo avergonzado que se siente al recibirlos.
Messi, que no se te suba lo caliente al cerebro y termines haciendo algo idiota.
Lionel le pidió a cada dios que lo estuviera escuchando que Ochoa nunca supiera lo que piensa, lo mandaría a un hospital psiquiátrico.
Trató de sonar lo más casual posible, para ocultar ciertas ganas que crecían en su ser.
—¡Era una broma, pibe! —Messi rio y le dió algunas palmaditas en la espalda ha Guillermo, quien temblaba como gelatina y sudaba como si acabara de correr un maratón. —Pero si quieres no es broma.. —Lo dijo en un susurro, acercándose lentamente al rostro sonrojado de Memo. Ochoa infortunadamente pudo escuchar lo que dijo.
El mayor se alejó de Messi, chocando contra la cabecera de la cómoda cama. Sus ojos se abrieron de par en par y trataba de disimular su nerviosismo dándole una sonrisa.
Lionel le dio una última sonrisa.
—Ah- eh- ¡M-Mira, esto ya está muy raro! Si quieres bromear, hazlo, ¡Pero no con esas cosas! —Memo regañó a Lionel, tratando de sonar lo más cuerdo posible cuando sus ojos están cerrados, su ceño fruncido y su rostro tan rojo como tomate.
Messi rio, su estómago empezaba a doler de la risa, él cayó de espaldas hacia la cama y empezó a revolcarse ahí mismo.
Trató de calmarse pero la imagen de Ochoa vestido de tomate con la cara roja lo perseguía en cualquier rincón parte de su cerebro.—Aghh, pendejo.. —Ochoa tomó una de las almohadas cerca y se la lanzó en la cara a Lionel. Messi tomó la almohada entre sus manos antes de que impactará a su rostro.
—Ya ya, vamos a intentar conocernos en son de paz sin más bromas con doble sentido. —Messi se alzó, regresando la almohada a su lugar y continuando sus palabras. —Puedes sostener y probar mi hecho sin ningun problema. —Sin doble sentido sus palabras, por supuesto que no..
—¡Vete a la verga, pendejo! —Guillermo casi casi se lanza para darle un puñetazo en toda la cara a Andrés, pero trató de contenerse y solo darle una mirada molesta a el jugador argentino.
"Si es la tuya, con todo gusto."
—Era broma era broma, ahora sí ya. —Lionel tomó aire, intentando tranquilizarse por el repentino ataque de risa que su cuerpo le hizo pasar. Las mejillas le dolían y su cuerpo se sintió adolorido de repente. —Haremos algo, vos y yo platicaremos un rato, luego me iré y te libraras de mi hasta mañana, ¿Trato? —Messi estiró su mano esperando ser correspondido por Guillermo, que aceptara su propuesta.
Guillermo dudó, sus mejillas aún rojas, su cuerpo se controló y dejó de temblar tal gelatina hace un tiempo. No le molestan las bromas de Lionel, le molesta la forma en la que las dice. Lionel no es consciente de el colapso mental que el ocasiona a Ochoa con una simple broma con doble sentido que claramente no es más que una broma.. aunque parece serlo. La forma en la que lo dice, el tono de voz tan coqueto y esos hermosos ojos penetrando en lo más fondo de su ser, lo hace sentirse débil e incapaz de formular un enunciado coherente con una mirada tan penetrante manteniendo contacto visual sin ningún problema. Su voz.. es jodidamente atractiva, su rostro es atractivo, todo de Lionel Messi es atractivo. Pasar tiempo con él suena como si a su lado, te ofrecieran la melodía más bella del mundo.
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Do Better 4 You
FanfictionMessi es realmente amable y demasiado gracioso. Eso es lo que Memo piensa. Ochoa es muy dulce, oculta demasiado pánico en su ser y necesita alguien en quien apoyarse. Eso es lo que Lionel piensa. Ambos tan nerviosos por su partido, una plática anter...