O7. Moral

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25 de noviembre, 16:27 horas.
Día antes del partido Argentina vs México.

— Vos sabés que jamás tomaría una decisión así solo porqué sí. — Una proposición que realmente había dejado a Lionel con el ceño fruncido de lo absurdo que sonaba.

— ¿Pero es que vos te estás escuchando? Tata, es ridículo lo que me proponés. — El goleador estrella llegó pensando que únicamente tomarían unos tragos por los viejos tiempos.

— Leo, ¿pero es que no te das cuenta en la situación en la que estás? Es tú último mundial, toda Argentina tiene los ojos puestos en vos, si fallan una vez más al regresar a su país todo el mundo los va a linchar. Vos sabés cómo es esto, un fallo y tu carrera queda arruinada. — Lionel sabía que había algo de razón en lo que le decía Martino, sin embargo, tampoco quería dejar de lado sus valores por una copa. — Si querés tirar tu carrera al caño está bien, pero vos sabés que no serás el único afectado en esta situación. A Dibu aún le queda un montón en la selección, ¿Julián? Es un chiquillo aún, ¿querés que su carrera se vaya al caño solo por boludeces como tu "ética"?

Y esto último sí afectó un poco a Lionel. No le importaba si lo condenaban profesional y socialmente por haber fallado en el mundial, ¿pero que afecte a el resto de su selección? Ellos eran como su familia.

Dejó escapar un profundo suspiro cargado de pesimismo.

— Sí, tenés razón. — Una sonrisa se comenzó a formar en el rostro del Tata. — Pero… Sé que a pesar de todo eso, ellos no querrían que haga algo tan sucio como eso. ¿Engañar a un omega solo por una copa?

— Mirá, en teoría no lo estarías engañando, te gusta, ¿verdad? — Eso último hizo que Leo se pusiera tenso. — ¿Ves? No es un engaño. Te estamos dando la oportunidad para que te diviertas un poco con el arquerillo ese y aparte pasen a octavos, es un ganar ganar.

— No soy alguien sin escrúpulos. No necesitamos comprar ni manipular a nadie para ganar ese partido. Confío en mi habilidad, confío en mi selección, toda esta propuesta tan absurda es insultante no sólo para mí. Y si perdemos lo haremos con la frente en alto. — No quería escuchar más de esa basura, se levantó listo para retirarse del lugar.

— Entonces la prensa sabrá la verdad sobre su casta. — Al escuchar esa frase detuvo su paso en seco. — Escucha Leo, yo quería hacer esto por las buenas, pero no me estás dejando otra opción.

— ¿De qué carajos estás hablando? — Sin creer lo que había oído regresó al lugar en el que yacía hace unos segundos.

— Sabés a lo que me refiero. ¿Vos estás enterado de lo que pasa cuando la prensa descubre a un omega infiltrado en actividades hechas para alfas? Todas las puertas se le cierran a esa persona. Condenados socialmente únicamente por intentar sobresalir a pesar de su débil casta, qué lástima. — El cinismo en su tono de voz solo comenzaba a hacer hervir la sangre a Lionel.

— No tenés huevos. — Quizás retarlo de esa manera no era la forma más inteligente de lidiar con la situación, pero en esos momentos solo se podía concentrar en controlarse a sí mismo para no darle un puñetazo en el rostro y empeorar más las cosas.

— ¿De verdad no me creés? Leo, mi contrato con la selección mexicana está por acabar, lo que pase con sus jugadores no será más mi problema. — Soltó descaradamente. — ¿Vos te pensás que estoy saboteando a el equipo que debería de apoyar por amor a mi país? Claro que no. Todo lo que está sucediendo es más grande que nosotros dos, eso es lo que aún no comprendés. Imagínate, "Lionel Messi y la escaloneta, ganadores del mundial de Qatar 2022", todo el mundo olvidaría por completo el asunto sobre la corrupción de la FIFA y esas bobadas.

Lionel no tenía palabras para lo que estaba escuchando. Todo comenzaba a hacerle sentido en su cabeza ahora.

— Te digo con toda la sinceridad del mundo, que un corazón roto no será nada comparado a ver toda su vida destruirse sin que pueda hacer algo para evitarlo. De una te recuperas, de la segunda no. — El Tata sabía que con esto estaba poniendo a Messi contra la espada y la pared.

Le tomó unos segundos recomponerse de todo eso.

— Sólo… Prométeme que él estará bien. — No podría con su consciencia sabiendo que la persona de la que estaba enamorado saldría afectada por su culpa. Al final, lo único que pudo hacer fue bajar la cabeza y resignarse.

— Por supuesto. Yo me encargaré de que nada malo le pase. — No confiaba en él, pero, no le quedaba otra opción.

Incluso si llegaba a odiarlo no importaba, ya estaba acostumbrado a mirarlo desde lejos.

Si Memo estaba bien entonces él estaría bien.

Secreto tras vestidores | MessichoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora