Habían pasado muchas cosas después de lo sucedido en el aeropuerto.
Comenzando por el anuncio del retiro de Guillermo Ochoa como futbolista.
No hubo conferencia de prensa ni nada por el estilo, fue un simple anuncio por redes sociales para que pasara lo más desapercibido posible. Aún así la gente habló tanto por internet como por canales de chismes: "¿Es Guillermo Ochoa el omega del cual Tata Martinez hablaba?"
Portadas amarillistas esparcidas por todos lados era lo último que necesitaba para hundir no sólo su carrera, sino además su persona.
Por fortuna, la selección que era como una familia para él lo continuaron apoyando, tanto detrás de cámaras como en público. Cada vez que eran cuestionados acerca de la razón por el retiro del arquero mexicano de sus bocas solo salían palabras positivas y como lo seguirían apoyando esté dónde esté. Esto fue lo que ayudó más a Memo para enfrentar la situación y apaciguar el golpe. Pero todo esto no era lo que más le dolía, pues siempre estuvo consciente del riesgo que corría su carrera al ser un omega. Su arrepentimiento más grande fue haberse enamorado de Lionel Messi.
Se sentía culpable. ¿Todo esto lo provocó él? ¿Habría hecho alguna diferencia haber evitado que su cabeza se viera invadida por un estúpido romanticismo? La realidad es que no, y él lo sabía, pero aún en su desesperación buscaba en su memoria qué es lo que pudo haber hecho distinto para que las cosas no resultaran así, como si eso fuera a cambiar algo.
Por otro lado, Lionel había regresado del aeropuerto con el espíritu por los suelos y sus esperanzas destrozadas.
Tuvo su respectivo regaño por parte de Scaloni, el director técnico, por haberse expuesto de esa manera en un espacio público sin protección, pero eso fue lo que menos le importó.
Toda la rabia y la tristeza contenida la desató en los siguientes partidos que enfrentó. Rabia por haber sido tan estúpido y haber confiado en la palabra del viejo ese.
Muchas de estas emociones provocaron conflictos como lo sucedido en el partido contra Países Bajos que terminaron en gritos e insultos entre ambos equipos, y por supuesto, un Lionel Messi bastante irritado. Se sabe que el argentino puede llegar a ser intimidante cuando está enojado, eso sumado a su competitividad y estado mental terminó convirtiendo un caos el estadio ya que, por si fuera poco lo anterior, los hinchas de ambos equipos comenzaron a calentarse.
Para su equipo era obvio que algo andaba mal con su capitán, no sabían qué hacer para consolarlo pero sabían que esto debía ser resuelto ya pues comenzaba a afectar su rendimiento en los entrenamientos.
- Leo. ¿Qué carajos está pasando? - Scaloni y Aimar lo citaron junto para así ambos poder al menos apaciguar un poco el incendio dentro de sus pensamientos. Claro, Scaloni no era tan bueno en este tipo de cosas emocionales, por ello la presencia de Aimar, este último dándole una mirada a el pelinegro para que se relajara un poco con su interrogatorio.
- Mirá Leo, sé que igual y las últimas semanas podrían haber sido algo duras para todos nosotros. Traes una carga enorme sobre tu espalda, pero es por eso que ahora mismo es cuando menos deberíamos bajar la guardia. - En la imaginación de Lionel ambos aparentaban una dinámica de policía bueno y malo. - Estamos a unos pequeñitos pasos de ser los campeones del mundo, sea lo que sea que te está jodiendo la razón ignóralo. Te necesitamos en tus cinco sentidos y solo estás en tres. Despertate.
- Yo... Voy a hacer lo mejor que pueda. - Sonaba poco convincente, ni él mismo se creía.
- Lo mejor que puedas no. Vas a hacer lo mejor. No traigas tus problemas a la cancha. - Por más duro que podía sonar Scaloni, sabía que tenía razón, si continuaba de esa forma terminaría por arrastrar al resto de la selección a su nube gris así que asintió con la cabeza más seguro para transmitirle esa misma confianza a los directores.
- Dale, descansa un poco, mañana te necesitamos al cien. - Aimar finaliza la charla dándole unas palmaditas en la espalda para despedirlo.
Lionel abandona la habitación en la que se dió la conversación y se dirige a su habitación de hotel. Si bien, el sermón de Aimar y Scaloni le ayudaron a centrarse más en el juego, su corazón aún era un desastre.
Por suerte (o no), recibió la videollamada de un viejo amigo, el único con el que podría buscar consuelo y que le diría las cosas como son.
- Uh, tenés una cara. ¿Los holandeses fueron tan hijos de puta? - Era cómo una brisa de aire fresco volver a escuchar a el Kun.
- No digas esas cosas. No es eso. - Llevó su mano libre al rostro en señal de frustración seguido de un muy contenido suspiro. - La cagué. La re cagué. - Decide contarle lo sucedido con el omega luchando consigo mismo por no romperse frente a su amigo pero fallando por momentos sintiendo su corazón estrujarse al revivir todas esas memorias. - Lo único que quiero es arreglar las cosas y empezar de cero con él.
- Entonces hacelo. - La respuesta del porteño logra tomar desprevenido a Lionel. - Querés arreglar las cosas de cero, no veo que te detiene.
- ¿No escuchaste lo que te dije? ¿Todas las cagadas que me mande? - Dice incrédulo ante la sugerencia de su amigo.
- Che pero mirá, ya la cagaste, lo peor que podrías haber hecho ya está, lo hiciste, ya no podés tocar más fondo, de aquí solo podés ir pa' arriba. - Las palabras del Kun comienzan a hacer click dentro de Lionel. - No veo el punto en que estés perdiendo el tiempo lamentándote, fuiste un hijo de puta, arreglalo entonces. Demostrale que tus sentimientos hacia él son sinceros.
Y sí. Finalmente los engranajes en su cabeza volvían a funcionar como de costumbre, se sentía motivado. Aún tenía el sentimiento de culpa azotando en su interior, pero ya no era igual que antes, porque ahora estaba decidido a tomar acción para enmendarlo.
Estaba listo para lo que viniera.
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feliz navidad, feliz año nuevo, me bloqueé un poquito pero ya está fiuuu :)
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Secreto tras vestidores | Messichoa
FanfictionUna noche antes del partido de Argentina vs México, Memo Ochoa recibe una visita inesperada a la mitad de la noche. ──────────────────────── Omegaverse. Messi Alfa | Ochoa Omega