Capítulo 12

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Mandé al carajo mis miedos, mi pena, mis inseguridades y me abalancé sobre él. Mi peso hizo que se fuera para atrás, acostándose en el puente. Se empezó a reír. Mi cuerpo quedó encima del suyo, puse mis manos en la madera para levantarme un poco y no aplastarlo.

Nos miramos fijamente. Rodeó mi torso con sus brazos y me jaló hacia él haciendo que mis codos se doblarán, ahora sí estaba completamente encima. Sonreí y rodeé su cuello con mis manos. Cerré los ojos y recargue mis labios en los suyos, el beso fue dulce y delicado, como el primero, pero subía de intensidad poco a poco. Sentí su lengua juguetear dentro de mi boca, la piel se me había erizado por completo.

Me abrazó aún más fuerte y giro haciendo que rodáramos hasta caer al agua.

Apreté los ojos, la nariz y la boca, al sentir que nos sumergimos. Segundos después flotamos hasta que nuestras cabezas salieron del agua. Lo estaba abrazando con mucha fuerza. Empecé a temblar, en parte por el agua fría, pero también por los nervios y el miedo.

- Calma, me vas a asfixiar – dijo riendo. - Abre los ojos Zhannie, no te soltaré.

Dejé de apretarlo tan fuerte y abrí los ojos. Su sonrisa me dio tranquilidad, y comencé a relajarme.

- El frío se irá si nos movemos un poco, ¿Vamos?

Me sentí muy nervioso y ansioso, pero asentí con la cabeza. Me sonrió complacido y despegó su cuerpo del mío tomándome de la mano. Empezó a avanzar hacia adelante, yo no hice ningún movimiento con mis extremidades, dejé que él me llevará. Mis uñas se estaban enterrando en su mano, por lo fuerte que la apretaba.

- Bien – dijo volteando a verme - Avanzaré más rápido y tú tendrás que patalear para seguirme el ritmo, ¿De acuerdo?

- De acuerdo, pero no me sueltes por favor – dije con ojos de súplica.

- No lo haré – me guiño el ojo.

Seguimos avanzando. Poco a poco subía la velocidad. Empecé a patalear desesperadamente, me miró y con su mano libre hizo un gesto de "calma, más lento". Le hice caso y pataleé más lento, al poco rato mi pataleo ya era uniforme y constante, me fui sintiendo más relajado. Habíamos avanzado hasta las rocas que se veían desde el puente.

- Lo has hecho muy bien, Zhannie – nos detuvimos y tomó mis dos manos. - ¿Ves? No es tan difícil.

- Eso creo – dije con risa nerviosa.

- Ahora tienes que hacerlo tú solo, moviendo brazos y piernas.

Abrí los ojos sorprendido, no estaba listo para hacerlo solo.

- No te asustes, yo te seguiré por debajo - siguió - Y cuando quieras te sostendré.

- Está bien... – dije dudoso.

- Vamos – me dio un beso en la mejilla. - ¡Tú puedes!

Sonreí tímidamente. Me tomo de la mano y me jalo suavemente, mi cuerpo se inclinó casi por completo, empezó avanzar. Me fue soltando poco a poco y yo empecé a mover brazos y piernas torpemente. Él se situó por debajo de mí. Alzó sus brazos y me tomó de la cintura, dándome impulso para no hundirme. Eso me dio más confianza y comencé a nadar de manera más decente.

Estuvimos así por varios minutos, me soltó y seguí nadando solo, él seguía por debajo. Estábamos ya muy lejos de la playa. Me detuve y me ayudó a enderezarme.

- ¡Muy bieeeen, ZhanZhan! – dijo emocionado, sonrió y me abrazó.

- Siii, gracias – dije abrazándolo fuerte. - No es tan malo como creía.

- Es por que aprendes muy rápido, Koi – dijo dándome palmadas en la espalda. - Ahora hay otra cosa...¿Qué tan bueno eres aguantando la respiración?

- Buenísimo – dije sonriendo - Eso lo he practicado desde que mi padre me aventó a la alberca, pensaba que eso podría ayudarme si me volvía a pasar algo así.

- ¡Perfecto! – levantó nuestras manos en un gesto de celebración.

- Ya podemos irnos – dije.

- ¿Irnos? ¿Adónde? – hizo gesto confundido.

- A la fortaleza del Rey del mar, para que me convierta en tritón - Yibo hizo cara de sorpresa.

- ¿Ahorita ya? ¿No volverás a tu casa a despedirte al menos?

- No, no pienso volver nunca más – dije con seguridad.

- Vaya – dijo asombrado - ¿Ves? Eres demasiado valiente – sonrió. - Óyeme...¿Cómo sabes que debemos ir con el Rey del mar para tu transformación? – dijo entrecerrando los ojos.

- Pues es obvio, eso creo – dije riendo.

- Pues sí, es cierto – sonrió. - Entonces...¿Vamos?

- ¡Vamos! – estaba emocionado.

El tritón ❤YIZHAN💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora