1- La historia de amor de la luna.

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-Déjenme contarles una historia, hijas mías.-

Nuestro abuelo se sentó en una mecedora, mientras mi hermana y yo sonreíamos en nuestras camas.

-¡Abuelo! ¿Qué historia es?.- Preguntó Ama.

-Escuchen bien, esta es una buena historia de amor, Ari, Ama, ¿Sabían que la luna no siempre fue oscura?.-

Lo miramos raro.

-Pero abuelo, la luna brilla.- Le contesté.

-Oh, eso es lo que ella quiere que veas, la superficie de la luna es gris, triste, ¿Verdad?.- Contestó nuestro abuelo.

Ambas asentimos.

-Déjenme decirles que esto no fue siempre así.- Sonrió, acercándose a nosotras.

⊹☀️🌙⊹

Hace muchos años, la luna se encontraba perdidamente enamorada del sol...

Eran ellos dos contra el universo, se amaban, se miraban uno al otro, como si los dioses que los crearon supieran que son tal para cuál.

El sol miraba a la luna diario, su piel era morena, sus cabellos largos y bellos como la más fina seda, un tono oscuro lo acompañaba. Tanto estar en el fuego ardiente del sol lo hizo así.

Pero la luna, oh la bella luna, era un hombre envidiable, los astros querían ser como él.

Los dinosaurios veían llenos de alegría el cielo, cuando la luna aún resplandecía bella.

Su piel era más blanca en comparación a la del sol, sus cabellos eran de miel y su porte era el de un caballero. "El príncipe del universo", lo llamaban algunos.

El sol siempre veía a la luna, tan embobado que ni se daba cuenta cuando la tierra le guiñaba el ojo, indicándole que dio una vuelta completa.
No importa cuántos planetas le buscarán alguien más, pues le decían que la luna era un rompecorazones, al sol no le importa.

Era su luna, y aunque no estuviera entre sus brazos, podría amarla aún de lejos.

Y ese era el amor que jamás podía quebrarse, el tipo de amor tan fuerte que podrías dejar ir a una persona solo por amor.

Pero un día, la luna notó la caliente mirada del sol, cosa que lo hizo sonrojarse.

Todo el Sistema solar sufrió las consecuencias.

-¿Cuánto tiempo llevas mirándome?.- Le preguntó la luna.

-No mucho... Unos años tal vez.- Contestó avergonzado.

Y esa respuesta realmente no la sabía.

¿Cuántos años miró el sol a la luna?.

Siglos, milenios, crones, eones incluso.

Pero ni el mismo universo podría contestar esa pregunta.

-Eres... Muy brillante.- Continuó la luna, con una minúscula risita en los labios.

-¿Lo soy?, Bueno, soy el sol, supongo que debo serlo.- Soltó una carcajada.

Y la luna le contestó con la misma carcajada.

El sol no podía creerlo, la persona que siempre había visto sería, inmutable, perfecta, estaba sonriendo abiertamente. Y era más precioso de lo que imaginaba.

-¿Puedo visitarte?.- Preguntó el sol.

La luna asintió.

-Quizá cuando estemos más juntos, puedas venir.- Respondió.

One-shots ; SFW ; Robarca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora