Estamos a 7 días para la mejor fecha del año. Nunca pensé que un fin de semana pasara tan rápido si lo pasaba durmiendo casi todo el día. El día después del accidente fue lo más horrible que pude vivir, amanecí con un dolor de cabeza horrible y la herida me daba unas punzadas que me daban ganas de llorar, bueno tal vez si llore.
Ese día al llegar a la Universidad no pude soportar las cuatro horas así que la licenciada Larrosa me dio la oportunidad de irme antes. Aunque claro tenía que estar pendiente del correo porque por ahí me enviaría las tareas. Erick me dijo que me daría ese día y el fin de semana libre pero tenía que presentarme el lunes porque no podía darme más días por las fechas.
Tampoco pude ir a clases de cocina porque el dolor era horrible y los mareos a veces me atacaban así que era un riesgo que estuviera en la cocina. En la Universidad trate de pasar desapercibida para que no se crearan chisme, Taylor fue un dolor en el culo con sus disculpas a cada momento.
Veo por la ventana que ya está empezando a oscurecer pero el ruido de una maldición llama mi atención hacia la cocina donde Isa está haciendo la cena. Le dije que podía ayudarla pero no me dejo hacerlo. Llego en la tarde y dio el grito en el cielo al verme el rostro y es que el hematoma del corte estaba horrible.
― Nuestra cena está servida ―dice Isa mientras se acerca con una bandeja lo suficiente grande llena de comida.
― Wow, y así dices que no sabes cocinar.
Solo me sonríe mientras deja la bandeja en la mesa frente al sofá, algo que siempre me gusto de pasar tiempo en la casa de Isa era que me gustaba cuando su mamá cocinaba, creo que por eso era que me gustaba mucho la cocina las primeras cosas las aprendí con ella.
― Nunca he dicho que soy mala, solo que quiero todo sea perfecto esa noche.
― No te preocupes, todo saldrá bien.
Comemos toda la comida que hizo porque enserio, probarla es como si su mama la hubiera preparado. Charlamos sobre cómo le fue en el viaje con sus padres a la casa de sus abuelos, era como una tradición desde que eran pequeñas porque así disfrutaban pasar más tiempo con ellos. Pero por la Universidad Isa solo pasaba algunas fechas y este año decidimos pasarla con las chicas.
― ¡Nana te mando saludos! ―dice mientras recoge las cosas llevándolas a la cocina.
― ¡Amo a yaya!
― Te mando algo ―dice desapareciendo en la cocina para reaparecer de nuevo ― Ahora vuelvo.
Desaparece hacia su habitación y pienso en que podría mandarme mi viejita. Desde que tenía diez años tuve el permiso de mis padres para pasar navidad con la familia de Isa por lo que me llevaban de viaje a las casa de sus padres. Yaya me adopto como una nieta más, así que cada navidad era lo más esperaba del año.
Siempre me gusto las galletas que ella hacía, incluso me enseño hacerlas una navidad, pero nunca me quedaban igual que a ella. "Es porque están hechas de mi amor" esa era su respuesta, siempre reía porque le decía que era algo tonto. "Recuerda mi niña, cuando ames algo incondicional todo será diferente"
― Me digo que te iban a gustar mucho ―dice apareciendo de nuevo con una gran caja de metal que usan las madres para guardar de todo menos lo que uno espera.
― Si la abro habrá lo que quiero ―la tomo y esta pesada.
― Pues averígualo.
Solo levantar la tapa sale el olor característico de la cocina de yaya. ¡Joder! Creo que se me ha hecho agua la boca. Creo que es la única mujer que nunca ha jugado con mi corazón, ir a su casa y ver estas cajas era sinónimo de que habría galletas dentro y no hilos u otras cosas como mi madre guarda.

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A Sky Full Of Stars | +18 | L1
CasualeEn la vida nos topamos a muchas personas, algunas causan un gran impacto dejando huella y otras simplemente pasajeras. Se dice que más probable que te topes con un psicópata o asesino que con el amor de tu vida. En un mundo lleno de millones y mill...