capítulo 34.

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Terminamos de comer aquellos maravillosos Macarons y decidimos pasear por el parque centrar de París, donde se filmó la parte de Miracolous, donde hay una competencia de patinaje etc.

Estábamos tomándonos fotos, reíamos, bromeabamos, cada parte del lugar Yoongi me tomoba fotos.

Yoongi: amor, colócate justo allí -señaló un balcón blanco-

Tú: yaaa -renegue- llevas todo el recorrido tomándome fotos -hice un leve puchero-

Yoongi: y? -contesto- además, luego estas de quejosa que nunca te saco fotos para presumirte -señaló-

Tú: ya pues, silencio -ordene y sonrei-

Yoongi: que hermosa mi bebé -sonrió satisfecho-

(...)

Llegamos al hotel y caminamos hacia el ascensor.

Él miraba las fotos que me había tomado minutos antes (abajo les dejo algunas)

Tú: no crees que son muchas? -pregunte mordiendo mi labio inferior de nerviosismo

Yoongi: nunca es suficiente para mi -recalco-

Tú: bien, mañana te tomaré todas las fotos posibles -comente sonriendo-

Él volteo a verme y me devolvió la sonrisa.

Llegamos al piso correcto y fui a mi puerta, pero él me siguió.

Tú: tu puerta es aquella ¿no? -dije confusa-

Yoongi: lo era, pero ahora dormiré contigo, mis cosas las pasaron por la mañana -explico y guardo su celular-

Tú: bueno, entremos -acepte y saque las llaves de mi bolsa-

Ingresamos y fuimos a la cama.

Ambos nos mirábamos, estábamos frente a frente.
Acaricie su mejilla y sonrei.

Tú: eres muy....feo -termine y sonrei-

Yoongi: -fingió reir- que chistosita eres nena -dijo sarcásticamente-

Tú: lo siento, pero así me amas -negué y quite mi mano-

Él lo impidió.

Yoongi: deja tu manita aquí -acarisio mi mano- me gustan tus caricias -sonrió y cerró sus ojos-

Tú: bien -sonrei inconscientemente-

Yoongi: quiero follar, ahora -dijo y abrió sus ojos-

[...]

Los sonidos morbosos de nuestras pieles chocando inundaban la habitación.

Yoongi: Joder, se me había olvidado lo bien que se siente esto -dijo entre cortado-

Su voz era gruesa y ronca.

Mis gemidos eran callados por sus besos y sus manos tocaban mis pechos.

Tú: vamos Daddy, se que puedes hacerlo mejor -susurre en su oído-

Yoongi: cojones, claro que puedo -respondio y besos mis labios-

Sus embestidas ahora eran rápidas y profundas.

Me gustaban mucho estos momentos, donde se me olvida todo y solo pienso como entra y sale con rapidez de mi.

Sus besos bajan a mi cuello [mi punto débil] él lo sabía.

Mordía y lamia.

Sabía que dentro de poco se correría, porque las embestidas cada vez eran más veloces y suaves.

𝑬𝒍 𝑴𝒆𝒋𝒐𝒓 𝑨𝒎𝒊𝒈𝒐 𝑫𝒆 𝑷𝒂𝒑𝒂́ 𝑬𝒔 𝑴𝒊 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora