Capítulo 7: Sobre Kai y el hombre misterioso
—¿Qué te parece esta idea? No tendríamos que reemplazar mucho de la estructura original, simplemente...
Me detengo y suelto un pesado suspiro al sentir la mirada de Kai fija en una de las blancas paredes detrás de mí, con la mirada vacía en un gesto lleno de angustia y frustración.
Uso las piernas para impulsarme desde el piso y quedar justo frente a ella.
Ya es suficiente.
—Dime exactamente lo que sucedió en la fiesta —exijo—, has estado dispersa desde que volviste de Estados Unidos y no hemos podido armar una propuesta decente para Costa Marina.
—Diseña lo que quieras, haré que no se caiga —murmura, sin siquiera tomarse un momento para parpadear.
Agarro uno de los cojines sobre los que estaba sentada y lo lanzo directamente a su cara, haciéndola caer acostada sobre el sofá donde se hallaba y maldecir en voz baja; sin embargo, no se levanta ni intenta vengarse.
Algo anda terriblemente mal.
—¡Kai! ¿Qué te está pasando?
No responde.
Durante un largo momento nos quedamos en absoluto silencio, escuchando la suave música instrumental salir por los altavoces de mi sala de estar; siento escalofríos cuando una oleada de aire frío me recorre la columna vertebral, indicándome así, que mi amiga parece estar peor de lo que me esperaba. Es un mal presentimiento.
Kai estuvo más de tres días visitando Norteamérica, el vuelo no fue retrasado, tampoco existió la posibilidad de una tormenta eléctrica que afectara el viaje; simplemente decidió quedarse por gusto, incluso cuando solo tenía ropa para tres días.
El simple hecho de imaginarla repitiendo atuendo me hace pensar en motivos terroríficos por los que pudo haberse quedado cinco días consecutivos en un país desconocido; eso, y el hecho de que no se haya comunicado con ninguna de nosotras hasta que su avión estuvo hoy pisando tierras españolas.
No supe nada sobre la gala, a pesar de las veinticinco veces que actualicé su perfil de Instagram en busca de un storie donde pudiera verla emborrachándose hasta el cansancio; y aunque si la vi en varias revistas y artículos de internet que mencionaban su belleza y descaro al asistir vestida de negro a la gala de los Rodríguez, no pude obtener mayor información.
¿Habrá pasado algo malo? ¿Volvió con su ex?
—Oh no... —susurro apoyando ambas manos sobre mis labios— Estás loca.
—¿De qué hablas? —pregunta levantándose y acomodándose en el asiento de cuero blanco.
Me acerco y le doy una ligera sonrisa de apoyo.
—Cariño, está mal volver a donde nunca te amaron —musito arrodillándome frente a ella y usando un muy bajo tono de voz—. Eres mejor que eso.
Arruga la nariz en una demostración de repulsión, se acerca hacia mí y pellizca la mano que tenía en su pierna izquierda, como si estuviera odiando cada una de las palabras que acaban de salir de mi boca.
—Deja de suponer tonterías, Aura —responde al tiempo que se aleja de mi toque y camina hacia la cocina para tomar un vaso con agua—. No volvería con Leonardo ni aunque me ofrecieran un millón de euros en joyería Italiana.
Resoplo, ¿Entonces? ¿De qué podría tratarse?
—Ya veo.
—Estoy obsesionada con algo que no puedo obtener, eso es todo.
ESTÁS LEYENDO
A metros de ti
RomanceAura es una arquitecta con una vida exitosa y llena de metas cumplidas. Estudió la carrera de sus sueños, maneja su propia empresa y encabeza las listas como una de las mejores arquitectos en España y Europa; sin embargo, tiene una competencia insis...