Capítulo 11

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Capítulo 11: Sexshops y citas fallidas.
Angelo Santori:

—¿Qué se supone que estás haciendo? —pregunta la mujer frente a mí, acorralándome en una de las esquinas del reducido espacio.

Estoy muerto, Lo ha notado todo.

—¡Jessica! No sabía que estabas interesada en... —miro al rededor intentando identificar el tipo de tienda en la que nos encontramos— ¿Comprar cosas para adultos?, ¿Qué haces aquí?

—Lo mismo te pregunto. Llevas siguiéndonos desde que salimos al hotel, has sido un pesado total.

Suspiro, debí suponer que alguien tan intuitiva lo notaría desde el inicio.

—Estoy interesado en establecer una tregua con tu amiga.

—¿Kai? Pienso que ni siquiera recuerda sus motivos iniciales para estar en Venecia.

—Hablo de la rubia, Aura —me corrijo—. Pensaba que podría obtener información sobre algo que le guste, pero veo que solo han pasado de tiendas de lencería a sexshops. Ni siquiera conocía esta calle perversa.

—No es para aburridos como tú.

Es lo que gano por intentar hacer las cosas bien.

Uno de los mayores secretos de Vita Wine está relacionado con su diseño e infraestructura. Cuando Jessica llegó a Madrid buscó a Angel Studio para obtener algo de provecho del dinero que obtuvo modelando —de sus padres, en realidad—; sin embargo, ninguna de nuestras propuestas le había parecido a la altura, según sus palabras, mis ideas eran tan mediocres como un vino avinagrado.

Fue muy grosera, lo admito; no obstante, fue esa sinceridad la que me hizo considerarla mi amiga, incluso cuando ella prefiere opinar que soy la peor cosa que le ha pasado a su vida.

Como venía... Días después de reunirme con ella, escuché noticias sobre Aura, miembro de un estudio pequeño en el centro de Madrid; estudio que estaba siendo llevado a la fama gracias a su participación en Vita Wine. Cuando revisé los bocetos preliminares sentí el peso de mis ''Ideas mediocres'' caer sobre mí como una cubeta llena de hielos afilados.

Sin pensarlo, Aura y Kai iniciaron la guerra de robo de proyectos, y gracias a eso, empecé a prestarle mucha más atención a sus entrevistas, participaciones en revistas y artículos sobre arquitectura.

Así fue como Vega Architects se convirtió en una meta que alcanzar. Mis trabajadores hicieron todo lo posible por comunicarse, enviaron mails, mensajes de texto y cartas por correo; no obtuvimos respuesta.

Creo recordar que Ricardo, mi mejor amigo, le pidió una cita Kai; a pesar de eso, ella se negó diciendo que no podría ni imaginar estar con alguien menos competente y exitoso que ella.

Pasó días despechado, y no, ni siquiera sentía atracción por ella.

Supuse que robar sus proyectos surtiría el mismo efecto que en mí, en poco tiempo vendría corriendo a pedir que trabajáramos junto. Spoiler: Nunca pasó.

Aura estuvo actuando de una manera tan envidiablemente profesional que ni provocándola en medios sociales pude arruinar su imagen de ''Señorita Perfecta''. Me convertí en el malo de la historia, y ella solo obtuvo el reconocimiento por su disciplina y desempeño laboral.

Ja! Es una malagradecida, si no hubiera rechazado el proyecto ellas estarían en la quiebra.

—Será mejor que te vayas ahora, —murmura— no quiero que vean que me junto con semejante escoria.

A metros de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora