El palacio del Este

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El ruido que producían los pájaros al cantar y el sonido incesante de sus aleteos fue el incentivo para despertar a una rin que yacía descansando en un futon suave y cálido, nunca había tenido un descanso tan placentero hasta ese momento. Sus pesados parpados se negaban a abrirse, su cuerpo tan relajado y cómodo le hacía olvidar de todos sus problemas. Ella estiro su cuerpo por unos momentos pero de manera abrupta abrió los ojos cuando la imagen de esos demonios se presentó en su mente, ella se sentó de golpe en el futon y de una respiración normal se convirtió en una rápida e agitada.

Estaba por gritar el nombre de kirara pero se halló en una habitación lujosa en donde el sol se colaba por la inmensa ventana abierta con sus cortinas de lado mientras una suave brisa ingresaba a través de ella, el olor a rosas fresca inundaba la habitación y se impregnaba rápidamente en cada rincón del cuarto.

Rin se froto los ojos con ambas manos por unos momentos y comenzó a ver la habitación en detalle, las decoraciones y los muebles diferían mucho de ser hechas por humanos. Supuso que estaba en territorio de demonios pero lejos de tener miedo tomo el valor para levantarse. Ella corrió las mantas que la cubrían, estaba por hacer el impulso que necesitaba para incorporarse pero se quedó helada cuando vio que vestía totalmente diferente. Tenía un juban (nota: juban es un kimono blanco usado como ropa interior) blanco con unas pequeñas flores de color lila de adorno en las mangas, no recordaba cuando se había cambiado por lo que todas sus alarmas se prendieron y empezó a temer lo peor.

Alguien se había atrevido a desnudarla cuando estaba inconsciente hasta se habían atrevido a cambiar sus ropas, por un momento temió por su integridad pero no sentía dolor entre sus piernas y como un acto reflejo se tocó el cuello pensando si poseía alguna marca pero no había nada.

Rin respiraba un poco agitada, estaba sobresaltada y la imagen de esos demonios no se marchaba de su mente. Estaba confundida, no sabía en qué lugar se encontraba pero su imaginación que ya se había puesto en marcha produjo diversas escenas con las múltiples probabilidades sobre lo que sucedería a continuación. Desarrollo sucesos desde lo más coherentes hasta los más insensatos, sin dejar ningún posibilidad aparte pero fue interrumpida abruptamente cuando la puerta de la habitación donde aparentemente descansaba se deslizo para dejar paso a una sirvienta de colores llamativos.

Una sirvienta de cabellera amarrillo y piel rojiza que iba en combinación con su kimono de color café, ingresaba a la habitación con una bandeja con cierta comida particular que dejaba en duda si era o no comestible. Rin creyó haber reconocido en uno de esos pequeños cuencos una especie de arroz que iba rebalsando o eso creía, en cuanto la sirvienta se acercó más esos granos blanco humeantes se movieron y disperso rápidamente la idea de que fuera arroz.

La mujer en particular dejo la bandeja a un costado del futon y rin noto que ella nunca levanto la mirada del suelo desde que entro, poseía una mirada triste como si algo le doliera en ese momento que le estaba negando mirarla.

-Gracias.-Dijo rin con curiosidad a la sirvienta que se había sobresaltado cuando hablo y que aún se negaba a mirarla.

A la sirvienta le tomo varios minutos responderle, buscaba que decir y la mejor manera de expresarse. Hallándose parada a un costado del futon y con las manos juntas, se notaba su nerviosismo.

-Me disculpo, no estamos preparados para atender a un humano. Supongo que encontrara de su agrado el aperitivo que hemos preparado para usted.- Hablo la sirvienta y rin se había sorprendido de lo melodioso y casi hechizante que era la voz de la mujer.

Rin miro la bandeja una vez más y no quiso decir nada de los alimentos que los demonios consideraban como aperitivos, realmente eran repulsivos. Entre los gusanos, viseras de diferentes animales que no lograba identificar y un líquido verdoso como bebida hizo que rin sintiera tanta repugnancia que no pudo evitar ocultar esa expresión en su rostro. Sintió como la acidez estomacal subió hasta su garganta, un acto reflejo de las ganas de vomitar que tenía y aunque el olor no era malo, a la vista era bastante asqueroso.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2022 ⏰

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