Empieza la lucha, Parte 2

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-¡LANZAS DE DIAMANTES!- el ataque fue directo a la bestia mientras el animal iba destruyendo lo que encontraba en su camino, las pocas casas que habían podido reconstruir estaban siendo completamente carbonizadas por el veneno que brotaba de su boca. Sin embargo, al igual como sus anteriores ataques las lanzas parecían atravesar un cuerpo hecho de ¿Neblina?

No había forma física, no había energía demoniaca y nada que pudiera arremeter mientras ese animal iba atacando con una fuerza descomunal. Emi lo había dicho, quería que jugaran con él y no sabían cómo hacerlo.

— Oye hibrido, mi paciencia se agota. No permití que tomaras tu espada y que todos ustedes se movieran para hacerme bostezar. —Dijo la niña mientras estaba sentada observando el espectáculo cuando el hibrido fue gruñéndole por la frustración del momento.

Miroku veía que cada esfuerzo era inútil, sus pergaminos se estaban agotando y no había logrado encontrar la solución. Jaken y ah-un estaban agotados, la única opción era esquivar o esconderse hasta idear un plan pero ¿Qué clase de plan?

Necesitaban recuperar sus fuerzas y sus energías, no lograban hacerle ni un rasguño. Ni siquiera hacerlo retroceder, solo avanzaba contra ellos y arremetía con más fuerza.

Inuyasha iba corriendo hacia la bestia con la espada en mano mientras jaken intentaba quemar a la bestia con su baculo y aunque no hubiera alguna energía, no iban a perder esta batalla.

Empezó a buscar alguna debilidad para poder hacer el viento cortante o lo que fuera para poder frenar su avance cuando de modo improvisto su espada no solo perdió su transformación sino que se tornó oscura, un tono que fue adquiriendo hasta llegar al mango de la espada haciendo que inuyasha la soltara. La hoja se clavó en el suelo mientras el hibrido observaba como absorbía la vida a su alrededor, quemando la tierra y hasta quebrarla.

Emi no solo reía sino que se acercó rápidamente a inuyasha, adquiriendo control sobre su cuerpo para obligarlo a arrodillarse delante de ella y fue tirándolo contra el suelo para que ella pudiera poner su pie sobre su garganta.

— ¿Ves? Solo eres un ser débil que depende de la espada de papi para poder defenderse. Pobrecito, podría arrancarte tu corazón en estos momentos y ni siquiera tus amigos podrían salvarte

No solo estaba controlando al hibrido sino que había desmayado a todos lo que se encontraban a su alrededor con excepción de miroku que solo se encontraba inmovilizado. Ella simplemente saco una filosa arma de su manga que iba goteando veneno puro y sonrío para luego clavárselo en el corazón del hibrido. Con esto ya había logrado su primer objetivo, ahora iba a ir por su siguiente objetivo.

Sin embargo, cuando la bestia iba a destruir la cueva una flecha sagrada atravesó su  pecho haciendo que retrocediera de manera inmediata provocando que la sonrisa de la niña se borrara de manera inmediata. Dirigió su mirada hacia donde había salido disparado la flecha y sonrió aunque no como solía hacerlo.

—oh, valla. Veo que sobreviviste y ¿te trajiste algún recuerdito de la tumba?

— ¡SUELTA A INUYASHA, AHORA! —Gritaba kagome con la flecha apuntado a su corazón, dispuesta a dispárale y acabar con ella en ese mismo instante.

— ¡KAGOME!— Grito inuyasha desde el suelo, desesperado para que saliera del campo de batalla al verse inmovilizado en el suelo y sin importarle la herida que Emi había afligido en su pecho.

—Hazlo, dispara. Jamás he tenido un corazón y dudo tenerlo ahora. — Dijo la pequeña niña mientras acomodaba su cabello con sus garras.

Kagome disparo y la flecha atravesó su cuerpo pero no dio con ningún blanco sino que siguió su camino hasta clavarse en un árbol lejano.

Hasta que nuestros caminos se vuelvan a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora