Día seis: Lenguje del amor

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Willow sabía lo muy marcado que estaba Hunter, habían pasado tantas cosas en un día y solo con verlo notaba lo destrozado que estaba.

Ella quería hacer algo.

Desde que lo vio esa misma noche, acostado en sus piernas, completamente destrozado, supo que no podía dejarlo así.

Pero para mala suerte de Willow, no pudo hacer mucho debido a todo lo relacionado con salvar las Islas, pero igualmente hizo todo lo que pudo en querer hacerlo sentir mejor.

En el primer momento en que pisaron las Islas, Willow no perdió de vista a Hunter, especialmente cuando dijeron que acamparían en la casa búho, hasta esperar que la lluvia hirviente pare, la cual había empezado poco después de su llegada.

Todos se durmieron casi de inmediato, siendo al parecer lo que más quisieron hacer desde que llegaron, algo que Willow no juzgaba, pero ella no se veía en la condición de hacerlo, especialmente con la condición en la que se encontraba su amigo.

Y ella no iba a dejarlo así.

En el momento en que todos estuvieron profundamente dormidos, con ella fingiendo también dormir, vio como Hunter salía de la casa aún con la lluvia cayendo ferozmente. Ella se preocupó profundamente pensando que podría hacer algo estúpido, así que salió corriendo como una loca con Clover siguiéndola también.

Al abrir la puerta, lo vio sentado como una bolita mirando caer la lluvia, sentado justo dónde aún la casa seguía protegiendo de la lluvia. Ella suspiró levemente, aunque de seguro él ya sabía de su presencia, con tan solo abrir la puerta ya debió de enterarse que ella estaba ahí.

Él se había movido un poco para darle espacio, dándole el pase a sentarse a su lado y así lo hizo, después de cerrar la puerta, se sentó y fijo su mirada a la lluvia como él, sin aún querer matar el ambiente tranquilo pero sabiendo que se podría convertir en una fuerte discusión sobre sentimientos.

Pero debía empezar de una vez.

—¿Quieres hablar de eso?— Ella preguntó, esperando una respuesta tal vez no inmediata, pero al menos una señal.

Hunter no la miró, ni siquiera dio una señal, solo miró hacia otro lado, evitando su mirada y quedándose quieto, pero sintiendo como los nervios lo consumían.

Willow no lo presionó, se quedó en su lugar, pero aún no dejaría que él se sintiera mal. Después de todo, aún recuerda como en el reino humano finalmente estaba empezando a aceptar aquellos errores de su pasado como las marcas que poseía, pero ahora, gracias a ese maldito bastardo que se hizo llamar su tío que arruinó todo su progreso haciendo generar más traumas y más marcas que de seguro odiaría.

Y Willow odiaba que él odiará lo que es.

—¿Sabes? Lo que te dije hace horas, por la tarde, lo dije enserio. Me gusta mucho como se te ve el traje y me gustaría que, en un futuro, me enseñaras más sobre Frontera Cósmica.

Él la miró, con una expresión entre confundida y sorprendida, ella vio como sus pupilas se agrandaron y sus orejas brillaron en un ligero tono rojo, lo que la hizo sonreír.

—No solo me gusta cómo te veías en el traje, me gusto como te ves— en un movimiento arriesgado, ella posó su mano en su mejilla, dónde estaba la cicatriz más grande. A pesar de que Hunter se mostró algo incómodo con la acción, no dijo ni hizo nada, haciendo que continuará.— Puede que sea algo de lo cual te genere tristeza, pero quiero que al menos sepas que no me importa cuantas cicatrices tengas, siempre me gustarás así.

Hunter ahora estaba más sonrojado que antes, esta vez dejando que su rostro acepte más el suave tacto de Willow, que empezó a acariciar su mejilla, él cerró los ojos y dejó fluir el acto.

Willow sonrió ante eso, ahora se mostraba cómodo, así que ella procedió.

—Quiero que siempre recuerdes que todo lo que tenga que ver contigo me gusta— ella dijo, acercándose y dando un beso en su frente— me gusta todo de ti, así que te lo demostraré— sus labios se posaron en un párpado, luego en el otro, luego bajaron aún más salpicando besos en todas las cicatrices de su rostro. Agarró sus manos y les dio besos, para ser un poquito atrevida también beso los brazos con cicatrices, haciendo que Hunter sonrojará como nunca ante el suave tacto de ella y como demostraba que realmente no le interesaba todo el daño en él.— Nunca olvides que me gustas.

Hunter la miró fijamente ante aquella declaración, esta vez sintió como las lágrimas empezaron a amenazar con salir, y él dejó que salgan.

—No es tu culpa nada de lo que paso con Flapjack, toda la culpa lo tiene Belos— sus manos agarraron su rostro haciendo que la mirará— nunca, pero nunca, olvides eso. No quiero que te eches culpa de la cual no mereces, no te desprecies, no te hagas menos, porque siempre estaré yo para hacerte recordar que vales mucho más.— Y luego, ella lo beso.

Un beso suave y lento hizo que el corazón de piedra galdor del rubio se acelerará. A pesar de que él no sabía que hacer, aceptó el beso posando sus manos sobre las suyas a la par en que las lágrimas fluían en su rostro.

Esa noche, al regresar a la casa búho, Willow y Hunter durmieron juntos mientras él dejaba salir todas las lágrimas que había retenido. Pero ahí estaba Willow, cuidándolo como siempre.

Huntlow Week 2022/2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora