ᴅɪʀᴛʏ ʙᴏᴅʏ

(1) alegría infernal

ᴰⁱʳᵗʸ ᵇᵒᵈʸ
1

Jihyo preparaba una rica tarta para su pequeño qué hiba a cumplir sus cortos 7 años.

La madre tarareaba una canción siendo acompañada por los canticos de lo polluelos de la mañana. Estaba contenta e orgullosa de si misma, de saber qué su hijo jake cumpliría 7 años ese día, saludable y en buen estado mental.

Recordaba cuando tuvo a su hijo una fría noche del 15 de noviembre. Un pequeño bebé recién nacido estaba en sus brazos aquél día en el hospital.
Y ahora cumpliría sus 7 años.

El tiempo se va tan rápido.

─ahora meterlo al horno..─murmuraba jihyo muy contenta─160° grados.., ¡Y a cocinarse!─.

Aproximadamente pasaron 40 minutos y el pan de la tarta ya estaba listo.
Jihyo lo saco con cuidado de no quemarse y lo asentó en la mesa color beige.

Dejó el pan un rato para concentrarse en hacer la crema qué llevaría el pastel.

Y mientras batía volvió a tararear la misma canción; qué precisamente era la canción qué ella había compuesto para su hijo.
Era la canción de cuna de jake.

Vagos recuerdos entraron en la mente de jihyo mientras batía con soledad; Cuándo su hijo era un bebé.
Lo amaba tanto qué no permitiría qué nada le pasase mientras ella estuviese viva; y sí le pasaba algo desagradable mientras lo esté...

Nunca se lo perdonaría.

Nunca.

Cuándo se dió cuenta había batido demasiado la mezcla, por lo qué se apresuró a seguir al siguiente paso.

Mientras le ponía color a la crema; la hermosa mujer estaba demasido orgullosa de su papel cómo madre.

Tapó un bote de colorante alimenticio y tomó él de color rosa.

Hace mucho tiempo una mujer le dió un volante sobre posibles enfermedades mentales en menores.

Cómo su hijo era aún un bebé ella no podía decir qué su hijo las presentaba.

Pero cómo ahora su hijo ya no era un bebé estaba orgullosa de qué su hijo no las tuviese.
Estaba orgullosa de tener a su hijo saludable en todos los aspectos.

Estaba siendo una buena madre.

Una vez terminó. Empezó a decorar el pastel.

Poniéndole muchos colores y corazones. Una muestra de amor.

Sabía qué a su hijo le gustaba mucho el rosa; Y no. No le molestaba éso.

Quería a su pequeño felíz por éso le compraba muchas cosas de ese peculiar color; sin importancia alguna.

No quería ser cómo su hermana.
Odiaba cómo era ella.

Mina, su hermana siempre dijo qué él rosa era para las niñas y él azul para los niños.

Jihyo nunca se interesó a quién se le daban los colores.

Sólo eran simples colores.

Por lo mismo no se molestó en él gran interés que su hijo mostraba por este color. A jake le gustaban todos los colores pero el rosa era su favorito.

Jihyo ponía todos los colores en él pastel pero resaltando de alguna manera más el rosa.

Decoraba y decoraba. Hasta qué al fín.
Podría decirse qué era el pastel más hermoso e ingenioso del planeta.
Sin olvidar, por cierto; su rico sabor.

Jihyo admiraba su propia creación, cuándo un dulce , cálido y soñoliento "Mamá" la sacó de sus pensamientos.

Volteó rápidamente y ahí estaba un pequeño de baja estatura con su osito de peluche color café sostenido por la blanquita y delicada mano de su hijo jake.

─¿Qué haces mami?─dijo el pequeño tallandose su ojito en señal de estar despertando─.

─Cariño, ¡Es muy temprano!─ exaltó jihyo al darse cuenta de la presencia de su hijo y corrió a intentar ocultar el pastel qué estaba preparando poniéndose enfrente de aquéllo tapando la vista de el menor─¿No crees?─dijo con más suavidad intentando ocultar su nerviosismo─.

─¿Qué ocultas mami?─ preguntó parandose de puntillas intentando ver qué olcultaba su mamá─.

─¡Nada cariño!─.

─Estás nerviosa mami─.

─¡NO!─.

─Cuándo estás así, Es qué estás nerviosa─.

La contraria se rió bajo por la tención.

─¿Y éso qué hoy te levantaste temprano?─intentó cambiar él tema de conversación y sí qué funcionó─.

─¡OH! ¡ESO!─exclamó jake acordándose de lo qué hiba a decir en un principio si no fuera por qué encontró a su mamá extraña─ ¡¿SABES QUÉ DÍA ES HOY?!─.

─Tu cumpleaños cariño─.