(4) alucinógena droga del amanecer

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Mientras aún no era la hora de partir el pastel, Jake se dedicaba a descubrir qué era lo qué había en aquéllas cajas de colores alegres qué le habían dado, con un texto qué decía: "Felíz cumpleaños" o lo contenía en otro idioma; para ser precisos Inglés.

Sin importarle cuántas veces su madre le había dicho qué los abriera cuando acabara la fiesta o maximo después de repartir el pastel; Jake emocionado seguía abriendo sus regalos de su cumpleaños.

Diversas cosas le regalaron. Hasta unos calcetines de perritos; lo cuál le encantó ya qué le gustaban mucho.

Todo seguía en curiosidad y alegría. Sin embargo recordó qué su primo sunghoon no le había regalado nada.

Su tía sí, su abuela y abuelo,su madre, sus amigos y varios más.

Pero el no.

"Tal vez lo olvidó." Intentó no cuestionarse; Total sólo era un simple regalo de cumpleaños.

No lo había visto por ningún lado después de qué llegó.
Jake miraba a sus alrededores en busca de sunghoon pero no vió ni su sombra.

Estaba tan distraído qué sé atemorizo al oír un:" ¡Jake tu mamá dice qué ya es hora de partir el pastel!"

Salió de su trance en el qué su misión era encontrar a sunghoon y sólo asintió con la cabeza.

"Ya voy".



Todos se empezaban a reunir en la gran mesa de la mansión Park.

Jihyo sabía qué era su momento de lucirse.
Darle la sorpresa a su hijo. El tan esperado pastel.

Jake alegre esperaba su pastelito, su mamá siempre hacía grandes sorpresas. Nunca dejaba de emocionarse cada año con lo qué le preparaba.

De pronto la mujer elegante apareció trayendo en sus manos un pastel de tamaño grande con muchos colores y resaltando el color Rosa.

Ahora bien si todos estaban impactados por lo bello qué era él pastel; Sólo dos personas lo miraban con desagrado.

Mina y su hijo.

─¡Ay!, ¡Dios Santo!─exclamó Mina dramáticamente─¡Resalta él Rosa!, ¿No pudiste hacer qué no lo haga? ¡Tu hijo es varón!─.

Estaba harta. Jihyo estaba harta de su hermana, pero no quería problemas...no quería..no de nuevo. Lo pensó mejor y antes de responderle de mala gana fingió no darse cuenta de lo hablado por su hermana.

─No me di cuenta de qué el rosa resaltaba─declaró falsamente─sigamos con la fiesta.. Por favor.

El ambiente cambió, y de una sala muda, una Jihyo y un Jake incómodo; Evolucionó a un lugar con mucha alegría olvidando atrás lo sucedido hace segundos.

Cuándo apagaron la luz todos ya empezaban a cantar el típico "felíz cumpleaños", mientras jihyo prendía la vela con forma de número 7.

Jake daba saltitos de alegría y agradeciendole a su madre por tan maravilloso regalo.

Su sonrisita pondría contento a cualquiera.

Cuándo ya la vela prendió, jake se detuvo a ver la multitud mirándolo.
Estaban todos. Menos sunghoon.

Logró notar cómo este se encontraba al final de la sala oscura sentado dónde nadie estaba ni lo veía.
A pesar de toda la oscuridad del fondo logró mirar con atención cómo este lo miraba con varios sentimientos encontrados.

Ésa mirada qué lo recorrió le causó escalofríos.
Ésa mirada penetrante, dura y hostil combinado con excesiva lujuria. Lo miraba con malicia, y hacía a jake sentir terror y temer de su primo. No estaba bien la manera en qué lo miraba.

Aún qué tan sólo fueron pequeños cortos segundos qué se sintieron cómo un infierno e infinidad para jake.
Bajo la tensa mirada de sunghoon.

Quería salir corriendo de ahí por qué sentía miedo e incomodidad.

Decidió verlo directamente a lo ojos.

Ahí estaban; los segundos pasaban tan lentos qué se sentía una eternidad.

Viéndose los dos directamente a los ojos.

Una mirada frágil, temerosa y débil contra una intimidante, amenazadora y siniestra.

Cortó él contacto visual con sunghoon. Y miró a la vela qué
empezaba a deshacerse.

La sopló un pidió un deseo: "(Quiero ser cercano a sunghoonnie)".












Ya las luces habían sido prendidas.

Siendo fuerte Jake decidió voltear su mirada de nuevo a dónde se encontraba sunghoon.

Algo había cambiado de un momento a otro, Ya no tenía ésa mirada sino.. Ahora le sonreía.

Había algo extraño en ésa sonrisa, parecía sincera pero a la vez fingida.

"No importa"

Jake sintió algo en su corazoncito se llamaba felicidad.
Al fín sung le había sonreído.

Le daría todo lo qué quisiese.
Con tal de qué no lo ignorara.

Cómo una gran rebanada de su pastel de chocolate de colores qué le había hecho su mamá.

ᴅɪʀᴛʏ ʙᴏᴅʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora