(1) Cotidiano

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1:00 pm

Luego de terminar el lamentable almuerzo de hoy, me dispongo a limpiar la pequeña mesa.

Cojo una bolsa de plástico en la cual empiezo a echar poco a poco los desperdicios. Pedazos de zanahoria y arroz que había sobrado. 

Nunca fui muy amante de la zanahoria, me pasa lo mismo con la cebolla. Simplemente no me apetece.

En seguida llevo mi plato al lavadero, la friego y luego la guardo al lado del refrigerador en una caja de madera muy pesada.

Le doy algunas palmadas a mi ropa y vuelvo a sentarme en la mesa.

.... ha~~....

¿Cuántas veces he hecho esto?

Ya perdí la cuenta hace mucho tiempo.

El mismo patrón se repite cada día, no hay cambios. Esta monotonía a veces me deja sin aire.

Tal vez... tal vez hoy haga algo diferente. Mi salud mental está empeorando, si me vuelvo loca sería un gran problema.

Tenía pensado hacer algo mañana, pero mejor lo adelantamos para hoy.

Me levanto con ánimos y me dirijo hacia la puerta.

El suelo de madera rechina un poco en mi paso, esta cabaña ciertamente está cada vez más vieja.

Intento mantenerla en el mejor estado posible, sin embargo, las termitas se resisten a mi aterrador ataque de spray y como venganza se comen la madera de diferentes partes de la cabaña, principalmente la de mi cama. Ahora cada vez que voy a dormir tengo que mantenerme quieta para que no rechine.

Abro la puerta y la luz del día penetra mis ojos con violencia.

(Vaya día más encantador)

Mi propio pensamiento irónico me hizo gracia, puesto que los días encantadores ya no existen.

A pesar de que estamos alrededor del mediodía, el cielo gris no parece querer retirarse para dejar paso al sol. No soy muy lista, así que no sabría decir el porqué el cielo no se despeja desde hace mucho tiempo.

*Suspiro

Decido olvidarme de eso para luego mirar al frente, hacia aquel bosque engañoso.

AURORA: EscondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora