(2) Huerto

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1:30 pm.

Cerré la puerta detrás mío y baje las escaleras de la entrada. Un sonido hueco se escuchaba al pisar cada escalón viejo de esta cabaña. Finalmente pise tierra y empecé mi marcha  hacia un pequeño terreno cerca del lago ubicado a pocos metros de la casa.

*track trick track*

A medida que avanzaba las pequeñas rocas crugian. Abundaban por este lugar.

Según recuerdo antes no habían rocas, por supuesto habían algunas, pero no a estas cantidades. Un día mi padre me dijo que de niña me encantaba traer rocas cerca del lago, tanto pequeñas y grandes hasta llenarlo casi todo. Me decía que el empeño que le ponía era extraño, casi espeluznante. Aunque yo no lo recuerde.

Mi padre.....

...

Sin darme cuenta ya había llegado a mi destino.

Frente a mi llacia una pequeña huerta. Esta estaba dividida en tres partes para plantar tres tipos de verduras.

¿Que hago aquí?

Normalmente hago esto solo cuando quiero las verduras para agregar a mi comida diaria, no las cosecho y las guardo, simplemente las dejo ahí. Por eso decidí sacarles provecho.

El día de ayer milagrosamente encontré patatas cuando hice una expedición por el bosque. No se si alguien las plantó ahí, pero si las vuelvo a encontrar al menos me llevaré una.

( Bien, manos a la obra. )

Me puse los guantes negros para la tierra, las encontré tiradas al lado de la pequeña y oxidada pala de metal. Comencé a cortar la cosecha de la primera parcela.

Los cebollinos de la primera parcela crecieron bien.

Con unas tijeras corté las hojas y deje la raíz con un poco de verde para que pueda volver a crecer.

Me gusta mucho esta verdura, suelo usarlo para muchas comidas. Como también lo de la segunda parcela ; las zanahorias.

En esta quité todas y las puse en un saco, más tarde las corto y las vuelvo a plantar.

*Sonríe *

A pesar de la falta de sol mis verduritas crecieron bien, no se si sea por esto, pero creo que fue gracias al fertilizante que compró papá.

Me levanto de un tirón y observo la tercera parcela.

...

La ligera sonrisa que se creó de forma casual desapareció al instante.

La tercera parcela en la cual había plantado lechugas, estaban completamente arruinadas.

Con las hojas rotas y llenas de tierra, estas se habían echado a perder a causa de violentas pisadas.









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