◖𝙲𝚊𝚙.3٬

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La pelinegra no pregunto por nada a aquella rubia, le parecía algo nuevo y extraño de ver a una persona hibrida, incluso la considero más rara que su familia

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La pelinegra no pregunto por nada a aquella rubia, le parecía algo nuevo y extraño de ver a una persona hibrida, incluso la considero más rara que su familia.

Ya llego la noche en ese lindo forestal, de día era algo bello, para pasar las vacaciones y un tiempo con la familia, pero de noche, parecía más un lugar para que los asesinos cereales enterraran a sus victimas.

La lobezna un poco insensata, apenas pudo ver el rostro de la encapuchada, lo primero que se le vino a la mente fue, "¿Quién era?, ¿Por qué esta aquí?, ¿Por qué estan...perfecta?."

El día ya había llegado a su fin tonándose en una mezcla de anaranjado, rojo y rosado.

La bella tarde ya presento su fin, la joven de ojos negros aun no pudo llegar a la casa de la mujer, dando un pequeño quejido y frunció el ceño, la de pelos pintados la había tardado en su trayecto.

Se escuchaban el sonido de las aves pasando de un árbol a otro y los arrullos de los búhos.

Viendo que ya no podía continuar más decidió agarrar unas pequeñas ramas con hojas, para poder hacer su pequeño refugio y descansar por unas horas.

Mañana será otro día, otro estulto colorido día.

[....]

-ES QUE NO LO PUEDO CREER!,¿¡me acabo de salvar de la muerte?!-se decía a si misma mientras temblaba.

La loba pudo despertase de ese largo sueño, aun recordando ese faz tan fascinante, noto la oscuridad en donde estaba, rascándose la nuca, con solo un objetivo.

"Volver a encontrarse con aquella desconocida."

El Sol volvía a aparecer detrás de las gran montañas, los animalitos salían de sus refugios, los pájaros aparecían, y algunas flores mostraban sus preciosos pétalos

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El Sol volvía a aparecer detrás de las gran montañas, los animalitos salían de sus refugios, los pájaros aparecían, y algunas flores mostraban sus preciosos pétalos.

La azabache abrió sus ojos un poco fastidiaba, el cuerpo celesta estaba reluciendo demasiado, agarro su canasta y volvió a ponerse la capucha aunque esta vez quería que su rostro se viera para todos, y ya lista para regresar a su viaje.

En tanto la hibrida despertó con ánimos, para esta vez emprender su aventura de aquella pelinegra.

Hace tiempo su madre le había mencionado que ya debería encontrar pareja, esta ya tenia 15 años, asi que la búsqueda de su alma gemela tenia que haber comenzado hace unos meses. 

El recorrido de Addams, era algo agradable que digamos, menos mal que esos molestosos bichos no los estaba siguiendo y no se había encontrado con otro animal extraño de por ahí.

Marchaba y se encontraba algunas uvas negras, sabia que estas frutas eran las favoritas de su abuela.

Aunque seguía con gusto, sabia que no andaba sola, no importa si iba más rápido, ni quería voltear la mirada, alguien la estaba acechando.

-Ya se que estas aquí, asi que mejor muestra tu cara o voy a patearte el culo- dijo amenazante.

No recibió respuesta, solo veía que en unos arbusto que estaban detrás de ella comenzaron a moverse, y salían unas orejitas temblorosas de ahí. Volteo para ver a esa criatura misteriosa salir de ahí, esta vez no tuvo ningún miedo, solo sabia que esa loba feroz solo era una lobita inocente.

-Je~... perdón por estar detrás de ti... simplemente... se me hacia raro ver a una persona merodear por estos lugares, hace meses que no veo a otra tipo de gente que no sean cazadores.-salía de su escondite.

-Yo no voy a desperdiciar mi tiempo en matar a otra persona, aunque me guste, pero hoy día estoy ocupada, tengo que llevar esta canasta a alguien.-esto hizo que la lobezna temblara un poco.

Enid volteo para evitar la mirada seca de la otra joven en frente ella, para luego soltar una pequeña sonrisa boba y ruborizarse un poco.

"Por fin la encontré!"

"Por fin la encontré!"

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ℭ𝔞𝔭𝔢𝔯𝔲𝔠𝔦𝔱𝔞 𝔒𝔰𝔠𝔲𝔯𝔞| WenClair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora