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Finalmente era de día, el primero el levantarse fue el de gafas, el cual se sentó en la cama soltando un bostezo sonoro y poniendo las gafas en sus ojos, observando los rayos del sol que entraban por la ventana y el viento que soplaba levemente, a...

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Finalmente era de día, el primero el levantarse fue el de gafas, el cual se sentó en la cama soltando un bostezo sonoro y poniendo las gafas en sus ojos, observando los rayos del sol que entraban por la ventana y el viento que soplaba levemente, aunque el castillo fuera algo oscuro, era agradable estar ahí, por alguna razón extraña que Juan no lograba entender; las paredes de color negro, el ambiente húmedo, el frío que había en aquella isla debido a la altura en la que estaban y finalmente los toques morados que habían en el castillo, no se notaba que al dueño de ese lugar le gustaba el color morado y sus variantes.

Se quedó en la orilla de la cama sentado, mirando el piso reflexionando sobre la vida, pensando en como recuperar a Rubí o como encontrarla pues no sabía dónde estaba y sentía que si le decía a alguien de aquel lugar que buscaba a Rubí, lo tomarían cómo alguien peligroso y que no llego a aquel lugar por error ya que quería que todos pensaran que fue un error el que llegara ahí, que fuera pura casualidad o que un hechizo de el salió mal, era lo más seguro para el Hechicero Supremo.

Soltó un suspiro y se levantó de la cama finalmente, caminando fuera de la habitación, pues la habitación en la que estaba no había baño, así que el intuía que el baño estaba en la había del dueño de aquella estructura.

Se acercó a la puerta de la otra habitación y tocó con cuidado, pues no quería sonar brusco o descortés a la hora de llamar a la puerta.

-Disculpe, señor del castillo, esto... ¿No tendrá algún baño en su habitación?

Más nadie contestó, nadie respondió ante la pregunta del Hechicero, así que este aún afuera de la habitación tocó de nuevo, está vez con un poco más de insistencia y volvió a preguntar.

-Oye amigo disculpa, pero tengo que tomar una ducha y en mi habitación no hay un pinche baño, así que amigo, puedes responderme por favor.

Más nadie respondió nuevamente, así que Juan ya cansado entro a la habitación sin preguntar de nuevo, encontrándose con... Absolutamente nadie en aquella habitación.

El de lentes se estaba cuestionando dónde coño pudo haber ido, miro a todos lados de la habitación buscando con la mirada al de ropajes morados, blancos y dorados, buscando con la mirada esos hermosos y brillantes ojos color morado, ojos que aún no olvidaba para nada, cuerpo bien hecho y una voz bastante bonita y atractiva para el, si estaba metido en sus pensamientos mirando a la nada, cuando alguien apareció atrás de el.

-Buenos días chiquillo, el desayuno está list-

-¡AY LA VERGA!

Un puñetazo fue en dirección a Vegetta el cual logro esquivar el golpe, deteniendo este en el proceso, haciendo que mire la mano que había detenido y luego a Juan, pardadeando algo confundido, más después de unos segundos mostró una sonrisa y expresión culpable, posando su mano atrás de su cuello, bajando su cabeza y mirando al castaño apenado.

𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗱 𝗳𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿┋𝑽𝒆𝒈𝒆𝒕𝒕𝒂 + 𝑱𝒖𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora