Se quedaron en la azotea bastante tiempo, Yashiro no paraba de llorar y Yugi sólo acariciaba su cabeza y la abrazaba intentando consolarla, llegó un punto en el que una profesora se asomó a la azotea buscando a ambos estudiantes pues las clases habían empezado hace ya un buen rato, Amane le explicó la docente que su compañera estaba pasando por un momento muy difícil y que necesitaba un momento, la profesora comprendiendo la situación dijo que justificaría a ambos estudiantes y finalmente se retiró dejándolos ahí
-¿pasó? -Preguntó él luego de un rato, ella asintió sollozando aún -¿por qué no me lo dijiste?
-tu estabas en Osaka de vacaciones con tu familia y no quería molestarte con ello porque sabía que cuando te llamara vendrías a verme, no quería arruinar tus vacaciones -Amane en respuesta tomó la cara de Yashiro entre sus manos con delicadeza y con su pulgar secó las lágrimas que caían
-Claro que habría venido a verte, porque era importante para mí, lo más importante, no creas que habrías arruinado mis vacaciones porque lo hubiera sido así, si se trata de ti entonces no importa lo demás -Tras decir aquello depositó un beso en la frente de Yashiro y la volvió a envolver en sus brazos -Cuando algo te pase llámame, por más mínimo que sea, por favor, no quiero que pases por estas cosas sola -Yashiro sólo se limitó a asentir y aferrarse más fuerte a la ropa del contrario
-Y después, cuando volviste sabía que te ibas a enterar que te ibas a enojar, así que entré en pánico y les pedí a todos que no dijeran nada, no sabía como decirte la verdad -continuó excusándose, Amane sólo se dedicó a acaricia su cabeza susurrando cosas para calmarla
-Ya pasó, ahora no importa que no me hayas dicho, importa si estas bien o no
-Gracias -susurró y cerró sus ojos, así de la nada ella se quedó dormida, su cuerpo y mente se habían relajado dando paso al sueño, Amane por suerte la agarró y la acomodó en sus brazos, de alguna manera se las arregló para sentarse en el suelo con ella en su regazo para así dejarla dormir
-Lo siento... -Susurró él acariciando la cabeza de ella -Perdón por no haber estado contigo, lo siento mucho Yashiro -Siguió hablando, sabía que no era totalmente su culpa, aún así se sentía responsable por ello, hubo un momento en el que se comenzó a mover en un leve vaivén como haciendo de silla mecedora
Ahora tenía muchas dudas, el accidente, quien era la señorita Sumire, como es que Yashiro había cargado con todo sola, por qué no mostraba signos del accidente, por qué todos la ayudaban a ocultarlo o si quizás había algo más detrás del accidente, quería hacerle toda clase de preguntas a Yashiro, pero entendía que lo era el mejor momento para hacerlas y quizás ella se lo dijera a futuro por su propia voluntad
Viviendo como estaba Yashiro sólo podía pensar en hacer que alejara su mente del estrés, pensó en llevarla a una cita como la vez anterior, pero ya no tenía tanto dinero como antes, quizás hacer algo en casa como jugar PlayStation o algo similar, podía pedir prestada la consola de Minamoto, era una Una buena opción, o hacer algo que a ella le gustara, como ver anime juntos, ¡si! Era una excelente idea, una maratón de anime solos ellos dos, era una buena idea, sólo debía comprar algunos aperitivos para acompañar mientras comían
Al final, él también se quedó dormido con Yashiro en sus brazos, él también se había relajado.
. . .
Y así días pasaron mientras Amane planeaba la cita con maratón de anime, entre esto y aquello consumía excesivamente el contenido de wattpad y cuando encontraba algo "adecuado" lo intentaba, principalmente eran detalles pequeños como llevarla a su casa, llevarle algún dulce o darle agua para sobrellevar el calor de verano, Yashiro como siempre sonreía agradeciendo estos gestos por parte de Amane, quien se estaba empezando a desesperar
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Fantástica de los fanfics (Amanene)
FanfictionYashiro Nene, una otaku como tú y como yo que esta loca por los los mangas, fanfics y ¿Por qué no decirlo? Los famosos manhwas que lee cada que puede, le encanta vivir en su mundo de fantasía y huir de la realidad en la que vive, realidad que le due...