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Sakura Haruno, edad 16 años, experiencia en el amor ninguna.

Desde muy pequeña no tuve tiempo para preocuparme porque alguien me amara o amar a alguien de manera romántica, solo me he dedicado a sobrevivir y bueno a cuidar a mi madre, no porque estuviera enferma, solo que al ser madre soltera desde muy joven y trabajar en lugares de mala muerte es complicado tener una vida sana con un romance, pero para ella era bastante sencillo.

Hace un año mi madre Mebuki Haruno, se volvió a casar con un hombre de alto nivel económico claro, pero ella siempre será muy inestable para amar así que no funcionó, es por eso que tuvimos que mudarnos de casa de su ex. Y desde hace dos días vivimos en un motel viejo donde las paredes lucen desgastadas y con humedad, las camas estaban sucias y de ellas sobresalen los resortes. Todo el tiempo había un olor a orina, el papel floreado del tapiz estaba a punto de despegarse, parecía que en cualquier momento el edificio iba a derrumbarse.

Estábamos comiendo sopa instantánea y agua del grifo bueno yo solo estaba jugando con la comida cuando la voz de mi madre me sacó de mis pensamientos.

-He estado pensando en cambiar de aires- dijo mientras le daba un sorbo al caldillo de su sopa.

-¿Así? ¿Acaso pensabas que nos íbamos a quedar aquí para siempre?- dije con tono frío y molesto mirando la sopa.

-¿Qué? No, claro que no mi vida. Me refiero a irnos, es que no se Tokyo ya no me gusta tanto jaja- dijo poniendo los codos en la mesa y las manos en su cara con una sonrisa falsa cerrando los ojos.

Nací en Tokyo y crecí aquí, tengo muchos amigos en esta ciudad gracias a los casamientos y divorcios de mi madre que provocaron mi traslado de escuelas, conozco a Tokyo como la palma de mi mano pero el hecho de que ya no quiera vivir aquí me molesta.

!SHA! porque tiene que ser una puta egoísta! solo puedo gritar en mi interior y evitar hacer muecas, tengo que hacerla feliz, está pasando por su tercer divorcio tengo que ser más comprensiva.

Suspire y le dije - ¿A dónde te gustaría ir?- sonríe de lado.

-Hmm no lo sé.- dijo jugueteando con su manos- Quiero ir a un lugar tranquilo... ¡Ya sé! ¿Qué tal si nos vamos a mi ciudad natal? Konoha. - me dijo emocionada.

Konoha: población 62.729, su clima es lluvioso; es decir llueve todo el año. Ahí nació mi madre y creció hasta los 15 años que quedó embarazada de mi.

- Ayer me marcó el fiscal del distrito de Konoha y me dijo que mi madre murió y la casa queda a mi nombre ¿Puedes creerlo? algo por fin es mío totalmente- dijo emocionada.

Alto ¿que acaba de decir? ¿su madre? ¿osea mi abuela?

-Espera ¿Que casa?- dije demasiado confundida.

-La casa donde crecí, mi abuela me la heredó y es mi decisión venderla o dejar que el ayuntamiento la venda pero prefiero quedarmela y remodelarla ¿Que dices?- me preguntó muy alegre.

Mi madre nunca me hablaba de Konoha o de sus padre, la verdad no pasaba mucho tiempo con ella así que no hablábamos mucho y por eso no podía negarme a vivir a una ciudad donde solo ven una vez al año el sol, solo tenía que aceptar que el paraguas y las chamarras iban a ser mis mejores amigos ahora.

-Me parece una buena idea- dije con la sonrisa.

-Excelente- se paró de la silla- Bien primero tenemos que hacer tu transferencia en la escuela y llamar a mi abogado para que cambie la dirección de los documentos y también...- dijo caminando en círculos.

-Tranquila ve con tu abogado, yo haré mi transferencia- dije con una sonrisa.

-¡Ay, eres un ángel! - me dio un beso en la mejilla, tomó su bolsa y las llaves del auto -Guardas las cosas para que en cuanto llegue nos vayamos- dijo al salir.

Puse los codos en la mesa y las manos en mis ojos para dar un gran suspiro, quería llorar a cantaros porque siempre era lo mismo decidía todo por las dos sin importarle cómo me sentía, quería irme, irme de la vida de mi madre, irme y dejarla con toda su mierda pero no puedo dejarla sola yo era lo único que tenía, lo que pude hacer para darle un poco más de realidad a todo fue hacer mi transferencia.

Recogí las cosas de la habitación poniéndolas en las maleta, al terminar saque todo y mientras esperaba a mi madre en el estacionamiento del motel encendí un cigarrillo y empecé fumarlo, había mucho que procesar, no tenía idea de si iba a resultar algo bueno o malo pero el hecho de que mi madre no haya hablado de konoha nunca o de sus padres y jamás fuimos visitarlos o siquiera haberles llamado en 16 años era un tanto extraño pero no quería darle vueltas al asunto.

El viaje en auto era de ocho horas, mi madre condujo las primeras dos horas y yo las otras seis con 4 energizantes y 5 cajetillas de cigarros en mi cuerpo llegamos a las 5:30 de la mañana a Konoha realmente estaba lloviendo demasiado en septiembre. Desperté a mi madre para que supiera que ya habíamos llegado, todo era muy moderno a como me lo imaginaba.

-Wow, cambio demasiado jajaja- dijo emocionada- Vamos a casa - dijo poniendo la dirección de la casa en el maps de su teléfono.

Despues de unos 30 minutos llegamos, mi madre provenia de un barrio medio alto algo que no esperaba por deseo de esposo ricos, una casa de dos pisos algo grande de color blanco en la parte superior y inferir de color maron aun que por la hora se veia casi negro era la que anoyaria mi regreso.

-Espera, iré por la llaves- se bajó del auto corriendo hacia la puerta y en el buzón sacó las llaves.

...

-Vaya, huele a muerto- dijo mi madre entrando a la casa quitándose los zapatos.

Enfrente de la puerta estaban las escaleras, del lado derecho estaba la sala, del lado izquierdo el comedor y la cocina, subí a explorar arriba las escaleras de madera las cuales eran silenciosas, al subir había tres puertas del lado derecho, y una del izquierdo, esa puerta tenía un cuarto con una cama matrimonial, la segunda puerta que abrí era un bano completo y la tercera era un cuarto lleno de cajas y polvo parecía una bodega, la última puerta era un cuarto con una cama más grande que la matrimonial y un balcón con vista a la calle, quiero este cuarto es divino.

-Oye mama ¿Puedo quedarme en el cuarto con el balcón con vista a la calle? - grité por las escaleras.

-Claro mi vida, solo no tengas las cortinas siempre abiertas- grito desde la planta baja, mientras yo bajaba por mis maletas- Porque no duermes un poco para ir comprar cosas para comer y cosas que falten- dijo subiendo las escaleras con sus maletas.

Subí a la nueva habitación, no era tan mala las paredes eran blancas, las cortinas grises, el piso de madera como en el resto de la casa y la cama era algo grande sin sábanas, me gustaría dormir pero primero necesitaba limpiar para estar agusto en mi cuarto.

Inicie sacudiendo el escritorio blanco que había y limpiando las ventanas del balcón de la parte de adentro, luego el armario de puertas negras por dentro y por fuera, también las esquinas de las paredes, baje al cuarto de lavado por una escoba o algo para barrer, lo que encontré fue una aspiradora casi nueva, aspire mi cuarto y el pasillo de arriba, luego pase un trapo húmedo para pulir, y salí con un paraguas al balcón con un porro de cannabis para poder dormir despues de tanto energizante. La lluvia era muy relajante, supongo que eso hacía tranquila la ciudad, finalmente tome un baño de agua tibia, me vesti con unos shorts cortos una camisa grande y una juddi grande de color negra, encuanto me recoste en la cama cai en un sueño profundo.

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Hola:)
Espero les guste mucho y la disfruten como yo disfruto escribirla.
Quise darle un poco más de crudeza a Sakura ya que Sasuke siempre es el bad boy y así uwu.

Bueno gracias por leer <3.

Yo cuidare de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora