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Pov Sasuke.

Desde que Sakura entró a trabajar con nosotros un poco de la carga que tenía encima se había esfumado, era muy inteligente, muy rápida y muy capaz.

Las primeras semanas tardó en agarrar el ritmo y se confundía, pero rápidamente corregía todo y parecía que no hubiera cometido algún error, pero después se volvió extremadamente rápida y activa en la escuela; participaba demasiado y lo sabía todo, no sé cómo un cuerpo tan pequeño podía acumular tanta energía e información.

Un día un hombre iba caminando de espaldas hacia el baño y Sakura traía la bandeja con agua para los clientes, pero él chocó con ella y tiró los vasos.

-Disculpe señorita no la vi- dijo este agachándose para ayudarla a limpiar.

-No se preocupe fue un accidente no pasa nada. No hace falta que limpie yo lo resolveré- dijo mientras juntaba los vidrios grandes en la bandeja.

Rápidamente me acerqué a ella para ayudarla con una escoba, al momento de agacharme a ayudarlo a recoger los vidrios grandes nuestras miradas se encontraron sus pupilas estaban tan dilatadas de una forma anormal, sus ojos jade se veían tan cansados, obscuros y ni hablar de sus ojeras.

-¿Estás bien?- le pregunté como un reflejo, pero no era como si me importara y ella solo asintió.

Desde esa incidencia empecé a observar con un poco de detalle Sakura, no de una manera obsesiva o pervertida; solo que me daba curiosidad saber de dónde sacaba tanta fuerza para todo, mi mente se preguntó que si era como Naruto que su energía era de alguna fuerza interior, pero de repente la veía tomando bebidas energizantes así que concluí que de ahí era su energía tan espontánea.

Algo muy curioso y molesto era que veía Sakura literalmente todo el tiempo cuando esperaba el autobús para ir a la escuela y está siempre me saludaba y yo solo asentía o levantaba mis cejas. Realmente sentía que era una molestia como Naruto, pero al otro lo toleraba por tantos años de amistad.

Además las cajoneras de los zapatos estaban uno arriba del otro así que me la topaba también ahí; siempre esperaba que ella terminara primero, pero eso hacía que se pusiera ansiosa y lo hacía tan rápido que se volvía de alguna manera torpe.

-Tranquila, todavía hay tiempo. Te puedes caer si lo haces así- dije y solo asentía.

Luego en el salón de clases donde se sentaba en diagonal de mí así que podía ver prácticamente sus expresiones y su cabello largo y rosado siempre respondía todo casi nunca tenía dudas y era muy buena en todas las materias.

En los almuerzos dormía o platicaba con Ino de alguna bobería de mujeres, nunca compartía cosas de su vida ni de su madre, su padre o de su vida en Tokio; nada, era como una cápsula vacía.

Después de eso me liberaba de ella en mi práctica, pero al llegar al trabajo sabía que ahí estaba estudiando, cuando llegaba ya estaba cambiada y empezábamos a trabajar, hasta que al salir también tenía que ir con ella en el autobús era molesto no estar solo incluso en mi camino a casa.

Esperaba a que se subiera primero en el autobús, me hacía señales para sentarme junto a ella, pero ignoraba al principio después de tiempo me sentaba a su lado, ya que un señor de la tercera edad la esperaba siempre al salir y la esperaba a su hora de salida y se sentaba tras de ella o a su lado, y mi madre siempre dijo que siguiera mi instinto y cuidara a mis amigas y bueno si fuera Ino o cualquier mujer lo haría así que lo hice un unos días porque el señor no se volví a aparecer; lo reporte con la policía, es el ser hijo del jefe tenía esas ventajas. Pero no era como que habláramos realmente estaba cansado para tener una conversación y estaba enfado de la interacción social

Yo cuidare de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora