Bajo el velo de la luna

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La profunda oscuridad de la noche hacía que hasta el mas valiente dudase de hacer algo tan sencillo como existir en esos pasillos. El grupo de estudiantes de preparatoria tenía por lujo el ver por las linternas de los celulares que aun conservaban.

Simplemente estar en esos oscuros y manchados pasillos hacía que la sangre se les helara, aun cuando se estaban moviendo en un grupo, un poderoso sentimiento de soledad alimentaba sus miedos mas arcaicos.

Miedo a que algo en esa oscuridad los haya visto antes de que ellos lo pudiesen ver.

El sonido de un mecanismo siendo forzado hacía que la ansiedad del grupo que de alumnos creciese por segundo. Najimi y Tadano se encontraban arrodillados frente a la puerta doble de la cafetería. El amigo de todo el mundo estaba intentando forzar el candado de la entrada con un clip para cabello y otro para papeles, mientras el joven común hacía su mejor esfuerzo por mantener recta la linterna de un celular que le habían prestado. Mientras que el resto del grupo se alojaba al rededor de estos intentando captar cualquier tipo de movimiento en los pasillos.

-Mas arriba Hitomon.- Najimi habló claramente irritada por lo poco fructuoso que estaban resultando sus intentos de abrir el cerrojo con esta técnica.

-Pero acabas de decirme que baje la linterna...- Tadano estaba confundido con las indicaciones de su amiga, aunque intentaba cumplir con ellas lo mas diligentemente posible.-¿Estas segura de que puedes abrir candados?-

-¡Por supuesto que se abrir candados!- Habló con molestia como si su amigo se hubiese atrevido a insultar a todos sus antepasados- Me enseño el amigo, de un amigo de un primo de su amigo de su... Mas abajo esa linterna Jitomate.- 

Pero antes de que Tadano pudiese acatar la orden, el candado resonó con un "clic" mostrando que se había abierto ante ellos. Najimi iba a soltar un grito de alegría, mas fue interrumpida por Tadano quien tapó su boca antes de que ocurriese otra desgracia.

Uno a uno, el grupo de alumnos ingresó a la cafetería, el lugar estaba desprovisto de cualquier tipo de movimiento era casi como si estuviese congelado desde el día anterior. No había una sola pista que indicase que alguien hubiese intentado ingresar en todo el día. Probablemente la mayoría de alumnos estarían mas desesperados en intentar salir del recinto que en siquiera intentar ingresar a la cafetería estando esta cerrada.

Era una gran salón con mesas blancas alargadas y bancas del mismo color y tipo a sus lados. Del lado opuesto en el cual se alojaba la puerta de entrada era visible una barra, tras la cual se encontraba la cocina de la propia cafetería, poseyendo algunos hornos con gran numero de hornallas, variedad de gabinetes y armarios, dos congeladores alargados y en un rincón una salida de emergencia señalizada por un cartel verde que podía ser tenuemente apreciado en la oscuridad. 

Sobre las paredes había unas pequeñas ventas alejadas del suelo, por lo que para alcanzarlos abría que dar un muy buen salto, por las cuales unos tenues haces de luz blanquecina emanados por la luna lograban ingresar al lugar.

-Muy bien, podemos comenzar organizando las mesas para tapar las entradas.- Katou habló intentando organizar al grupo de alumnos para optimizar lo mas posible la aseguración del sitio en el que se instalarían por un rato.- Sasaki-san ayúdame a mover una de las bancas a la pared izquierda, vamos a dejar a Wakai-san ahí.- 

"No nota que esta hablando de Wakai como si fuese un tipo de maleta, y eso al pobre le duele..." 

Rápidamente todos se habían puesto a trabajar para acabar lo mas rápido posible, Katai hacía progresos agigantados moviendo el amueblado con su monumental fuerza, mientras el resto de chicos hacían su mas grandes esfuerzos para intentar seguirle el ritmo. Todos menos uno al cual le habían prohibido trabajar.

Un Día A La Vez - KSWKDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora