Un nuevo día, un nuevo problema

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Una ligera luz irritaba sus retinas, el dolor en su cuello le insistía a moverse a pesar de que había logrado encontrar cierta comodidad en esa extraña postura. Poco a poco se reincorporaba para que sus sentidos le indicaran donde estaba. Se había dormido sentado sobre la misma banca en la que ayer descansó junto a Komi, en aquella cafetería ahora invadida por el silencio.

Inmediatamente soltó un suspiro pesado, lleno de tristeza y decepción. Tras haberse quedado dormido, una parte de él tenía la esperanza de despertarse de nuevo en su cama por la alarma de su teléfono, soportar las burlas de su hermana, comer un desayuno hecho por su madre y luego ir a la escuela a ver a sus amigos. Ciertamente la vida sería mas fácil así. 

Cierta viscosidad en su mejilla le indicaba que había babeado mientras dormía, sus piernas y brazo derecho estaban adoloridos pero recuperándose del esfuerzo físico que estuvo haciendo todo el día anterior, sumado a cierta rigidez que tenía al intentar mover el tronco inferior y sus piernas. No debía ser nada grave, probablemente elongaría un poco y estaría como nuevo. 

Comenzó a mirar a su alrededor, mientras limpiaba su mejilla, buscando cualquier indicio de sus compañeros, viendo como todos se habían acomodado para dormir cerca los unos de los otros en un rincón no muy lejos de él. Durmiendo en bancos, mesas o incluso el suelo no había nadie ahí que durmiese cómodo en ese momento. La incomodidad era palpable incluso en el inexpresivo rostro de Kometani.

En un solo instante notó que dos personas brillaban por su ausencia. La primera siendo Ogiya, quien no estaba durmiendo con todo el grupo, si no que estaba sentado en el lado opuesto de la cafetería sobre una mesa, observando aburridamente a todo el mundo y volteando en intervalos aleatorios de tiempo hacía ambos lados para brindar su atención a las dos puertas que la cafetería tenía.

Tras unos instantes de repetir esa tarea notó como le observaban, estableciendo contacto visual, hizo un leve gesto con su mano para desearle los buenos días mientras le dedicaba una sonrisa levemente ¿Burlona? Le atribuyo a su incapacidad de leer correctamente el gesto que le dedicaban al hecho de que acababa de despertarse, pero la presencia de esa sonrisa ciertamente lo confundía. De todas formas, se dio la libertad de responderle con un asentimiento de cabeza acompañado de una leve sonrisa.

Bien eso se encargaba de Hafuru, pero ahora debía localizar a la otra persona. Siendo la propia Komi quien no se encontraba en la compañía del tumulto de gente dormida. Ella siempre había sentido cierto grado de incomodidad al sentirse rodeada por grandes grupos de personas, así que entendía perfectamente que no quisiese dormir con el resto de personas. Pero eso únicamente explicaba su ausencia, mas no su paradero. 

Quizás fue a dormir a un lugar mas alejado del resto, como la cocina o algún otro lugar de la propia cafetería. De verdad no quería quedar como un tipo de acosador, pero quería asegurarse de que estuviese bien, donde fuera que estaba...

No fue hasta que intentó levantarse que sintió un peso muy ligero sobre su regazo que le impedía realizar tal movimiento. Acostando su cabeza sobre las piernas del joven ordinario se encontraba la chica que lo había preocupado ligeramente, durmiendo plácidamente al usar las piernas de su amigo como almohada.

Resolver el primer enigma que su mente le había planteado en el día ciertamente logró relajarlo, pero al mismo tiempo sus niveles de estrés volvieron a dispararse al notar lo realmente cerca que la chica estaba. ¿Qué debía hacer en esta situación? Bajo circunstancias normales le encantaría simplemente dejar que durmiese ahí, pero...

-"Nononononononono"- Musitó para si mismo agitando a alta velocidad su mano derecha por delante de su rostro en un intento de qué el aire llegase mejor a su cerebro para razonar.

Un Día A La Vez - KSWKDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora