Volver a ver tus ojos

Capítulo 11 : Perdido con un conejo

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El conejo blanco era sumamente blandito y olía muy bien por lo que no fue una sorpresa que me lo quisiera quedar con él.  Aunque también pudiera ser que no tenía una mascota y quería una.

Había comenzado a obscurecer y necesitaba regresar a casa rápido si no quería preocupar a mamá o preocuparla más al pensar que me secuestraron (había visto muchas series de criminales y no paraba de pensar en eso).

Por otro lado está hecho de que solamente tengo 5 años y no puedo hacer muchas cosas (como atarme los zapatos, pedir una pizza a domicilio, entre otras cosas más) y no tengo la fuerza necesaria para defenderme; la cual ciertamente era obvia ya que si la tuviera podría defenderle del apestoso Gabe y decirle que no vuela nunca así mami y yo podríamos vivir felices para siempre incluso podría ir a buscar a papá en el mar así seriamos una familia todos juntos. De tan solo pensarlo hace que me emocione mucho.

Estuve caminando durante algún tiempo por la calle hasta que encontré un parque con un pequeño castillo en el cual podría dormir durante la noche, su madre debe de estar perdiendo la cabeza buscándolo en el departamento.

Narrador Omnisciente

Y si Sally Jackson estaba totalmente enloquecida buscando a su hijo por todo el apartamento sin resultado alguno.

Gabe no la había ayudado para nada en vez de eso estaba jugando una partida de cartas junto con sus amigos mientras pedía cerveza a la pobre madre desesperada. No ayudaba eso de hecho ya que cada vez no podía ser amable con ellos cuando claramente podían ver que el niño de 5 años estaba desaparecido durante más de 10 horas. Solo habían visto al niño salir por la puerta sin decir nada y no fueron por el o le preguntaron a donde iba.

Cuando le dijo eso a Sally ella no podía creer lo que acababa de oir su hijo semidios que no  sabía ni siquiera como defenderse estaba solo en alguna parte de Nueva York en la noche.

Sabía que su esposo e hijo no se toleraban el uno al otro, pero pensaba que por lo menos Gabe se encargaría de no dejarlo salirse de la casa solo.

Además de que todos sabían que Sally era una bomba que solamente necesitaba un poco más de fuego para estallar... parecía que las moiras no se apiadarían de Sally Jackson nunca en su vida mortal.