apaciguada rabia

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Te has llevado mis ojos, mis brazos, mi corazón.

Partes de mí desaparecen en tus manos sin piedad. Tus dedos fríos me agarran con firmeza y me arrebatan todo lo que soy.

Con cada parte, cada extremidad y cada nervio, siento un poco menos. Un poco menos de risas, de lágrimas... Un poco menos de amor.

El peso que me quitas de encima no tarda en regresar en forma de punzadas dolorosas y, de mientras, me ajusto a lo que soy ahora: Un robot.
Mis ojos, mis brazos y mi corazón regresan, pero son de plástico, son fríos y no los reconozco como míos.

Me duele, siempre duele, la sangre cae por el material muerto del que ahora son mis manos, goteando hasta la punta de mis dedos.
Me aferro a la rabia, y soy incapaz de hablar y lloro en silencio con unas lágrimas que no son mías, son de otro, o de otra.

Poco a poco dejo de sentir, mis piernas no siguen mis órdenes y mi pelo son ahora mechones tristes que caen por mis hombros con decadencia.

Y en cuanto acabas con tu retorcida obra de arte ya no queda nada de mí, de mi antigua yo, te has llevado todo lo que era y ahora cargo con un cuerpo que no entiendo, y con el peso de este, que me quita hasta las ganas de moverme.

Me invade un frío en los huesos que ya no tengo y quiero gritar con una voz que me es desconocida.

Y sin saber exactamente qué eres, me has matado y obligado a nacer de nuevo, con la diferencia de que ahora cargo con un dolor internado en las venas que confirmo, con apaciguada rabia, que aún gotean de color rojo.

¿Te imaginas ser un robot? Yo a veces sí, y por bizarro que suene me gusta la idea...
A veces me encantaría dejar de sentir, sinceramente.
En fin, este es un poema (si es que se le puede llamar eso) sobre lo mal que lo paso siendo una persona sentimental :)
-lunn🍓

heridas, poesía (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora