El secreto de los hermanos Vega

Hasta Que La Muerte Nos Separé

26 de agosto de 2018.

Eran las 3:00 am cuando desperté esa madrugada, no recordaba nada de lo que había pasado en la noche ni en la fiesta a la que había asistido, me percate que estaba en una habitación de hotel y justo al voltear mi mirada, me encontré al lado del cuerpo sin vida de Aby Montgomery, mi novia desde hacía 2 meses. Se me paralizó todo el cuerpo y quedé en un estado de shock que duró aproximadamente 2 minutos.

Me aleje como pude del cuerpo, en cuanto reaccione y me lleve las manos a la cabeza tratando de recordar que me había llevado hasta ese momento, tantas preguntas me vinieron a la mente ¿yo mate a Aby ? ¿Por qué lo hice? ¿Por qué no recuerdo nada?

Solo se me ocurrió algo en ese tan aterrador momento, llamar a mi hermano, seguramente él sabía que estaba pasando, y podría ayudarme, busque mi teléfono con la mirada por toda la habitación, finalmente lo encontré en el lavabo del baño.

-Mariano, ¡la cague! Tienes que ayudarme.
-Mario, ¿que esta pasando? ¿Te encuentras bien?.
-¡Aby esta muerta!, yo la mate, tienes que venir ayudarme por favor.

Mariano siempre ha sido el más sensato de los dos y sabe cómo mantener la calma en momentos complicados, en cuanto llego me abrazo y no pregunto nada.
-Cambiate y ayúdame a mover el cuerpo-,dijo
con voz demandante.
-¿A dónde la llevaremos?-pregunté muy angustiado, Mariano no respondio y se limitó a envolver el cuerpo con la sábana que tenía puesta la cama. Bajamos el cuerpo de Aby de la cama, Mariano salió de la habitación y unos minutos después regresó con uno de esos contenedores grandes donde se llevan todas las sábanas sucias, entre ambos pusimos a Aby dentro del contenedor, nos aseguramos de nadie nos pillara y logramos salir del hotel hacia el estacionamiento, tuvimos que ser muy cuidadosos para que nadie nos viera, lo subimos a la camioneta y Mariano arrancó.

Conducimos por más de una hora, a las afueras de la ciudad, llegamos a un bosque y ahí enterramos el cuerpo de Aby Montgomery de 17 años bajo la fría lluvia, la madrugada del 26 de agosto del 2018. Nos quedamos viendo hacia ese agujero dónde se encontraba ya aquella chica, y nos pusimos a recordar, que nos había llevado hasta ese momento.

Ponte cómodo lector que está historia, apenas comienza.

30 de juniodel 2018.
Mario está por regresar de rehabilitación, hace unos años se volvió adicto a toda clase de sustancias, pienso que es por que no pudo manejar todo el estrés que nuestros padres ponían sobre él, siempre ha sido más de reprimir sus sentimientos con lo que sea, para él estar sobrio o limpio no es una opción.
Papá y Mamá creen que ya está listo para volver, y yo estoy muy emocionado de que así sea, no he visto a mi hermano en 2 meses, es el mayor tiempo que hemos estado separados.

La puerta de un coche se escucho afuera de la mansión, Mario estaba devuelta, baje corriendo las escaleras tan rápido que casi me dobló el pie por las botas de tacon que llevaba ese día, llegué a la puerta principal y si ahí estaba, viéndome con una sonrisa de oreja a oreja, mi hermano Mario, llevaba una sudadera negra, con unos vaqueros y botas negras también, fue como una escena muy dramática de alguna película, ya que salimos corriendo hacia el otro y nos abrazamos muy fuerte, como si no nos hubiéramos visto en años, la conexión que existe entre nosotros no es fácil de explicar pero es tan grande que, podrias llenar un planeta entero.
-Te extrañe clon- dijo mientras duró aquel abrazo
- Y yo a ti tarado-le respondí, una cosa de mi es que mientras más quiero a una persona más insultos le diré de cariño.
-Dejame adivinar, mamá y papá no están en casa ¿cierto? - dijo Mario mientras recogía su maleta.
-¿Aún te sorprende? - respondí.
El solo hizo un gesto de ya ni modo y entramos en casa.

Lo ayude a instalarse nuevamente en su habitación que estaba tal y como la había dejado antes de irse.
-¿Como van las cosas con Ross? ¿Sigues con él? - dijo, Ross es mi novio, llevamos un año juntos, al principio Mario no lo aprobaba por que eran amigos pero después Ross supo ganarselo y se volvieron más cercanos.
-Si seguimos juntos, él está en Los Angeles en este momento en un desfile o algo así - Respondí.
-Bueno espero que regrese pronto, tenemos que ponernos al corriente de muchas cosas-. Dijo
-Si, así es-respondí.

Hace unos meses Mario tuvo una recaída, lo encontré en el baño de su habitación con una jeringa y no reaccionaba, era la tercera que tenía en en lapso de 6 meses, por lo que papá y mamá no dudaron en mandarlo de inmediato a un centro de rehabilitación en San Diego, para ellos es muy complicado lidiar con Mario, creen que es un caso perdido, pero yo conozco a mi hermano más que a nada y se que él estara bien.

-Ven vamos a dar una vuelta - sugirió Mario mientras tomaba las llaves del viejo Cámaro de papá.
Yo solo asentí y sonreí, y sin pensarlo más subimos a aquel viejo auto y Mario empezó a conducir tan rápido que mi cabello se despeinaba, él sabe cuanto odio perder el glamour como siempre le digo, pero no importa, lo soportaba con tal de ver feliz a mi hermano, nos detuvimos en un lago al que solíamos ir cuando éramos más chicos, nos gustaba mucho, era un escape de nuestros padres y de todo su mundo de reglas, el único lugar donde sentiamos que podíamos ser nosotros mismos.
Fue en este lugar en donde le dije a Mario que era gay cuando solo teníamos 14 años, él de inmediato me apoyo y siempre busco protegerme de todo, pues él sabía lo crueles que podían llegar a ser las personas.

Bajamos del auto y nos sentamos en la orilla del lago a que nuestros pies tocarán el agua, estuvimos en silencio unos minutos y se podía sentir la paz que teníamos en ese momento.
-Siento que este será un buen verano, he mejorado mucho-dijo Mario rompiéndo se silencio que había.
-Estiy seguro de que así será - le respondí.
Él me abrazo por encima del hombro y nos quedamos ahí contemplando aquel viejo lago donde habíamos vivido los mejores años de nuestra infancia, antes de que todo el caos entrará a nuestras vidas.