Cuatro.

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-Estaba leyendo- le dije. Odio cuando me interrumpen.
- Bueno, pero necesito los ejercicios hechos- dijo moviendo su cuaderno en mi cara.
-Y YO QUE CULPA TENGO?! Vos empezaste a pelear.-
-Yo? Si sos vos la que empezo-
-No fue así!!! Te od...- no termine de hablar cuando el me interrumpió.
-Me odias. Ya se. Lo que no entiendo es porque.-
Lo mire sin entender. Enserio no se daba cuenta? Me molesta desde tercer grado, que más quiere?
- Son obvias las razones- volví mi vista al libro, y sin mirarlo dije -una de ellas es porque tu me odias.-
Sé sentó a mi lado. Con una sonrisa hacia un costado, me miro a los ojos. Algo parecía haber cambiado en el.
-Yo no te odio.-
Si, mi cabeza estaba por explotar. Que dijo? Que no me odia? Que? Escuche bien?
DEBE SER UNA BROMA.
-No, no es una broma.
Lo mire con más miedo. Lo dije en voz alta? No creo. Yo estoy segura de que lo dije en mi mente.
- Que parezca que te odio es por otras razones. Estoy algo así como... Obligado.
No podía hablar. Luego de respirar hondo, dije:
- quienes te obligan? Las prostitutas de Rebecca y sus amigas? O los chicos??
- No exactamente. Es más... Complicado.
- Te metiste con vendedores de droga?! Traficantes? No quiero que me involucres.
- No es eso.
-Entonces?!
- Ya estás involucrada hace mucho tiempo.

No le pude responder ya que sus amigos lo llamaron mientras jugaban fútbol. Se levantó de un salto pidiendo la pelota. Reía como si no me hubiera dicho nada.Que quiso decir con eso? Este chico me daba miedo. En que está metido? Y porque yo estoy metida? Bueno, este fue el más tétrico encuentro de toda mi vida con una persona.

Mientras Sierra se alejaba confundida. El, sin que se de cuenta la miro. Ella no lo notaba, pero ese mechón de cabello sobre su mejilla le sentaba muy bien. El pensó que había fallado. La había alejado por miedo, o ella se acercaría por curiosidad? El no tendría la culpa, ella lo lleva en la sangre, será curiosa. Si supiera todo, lo perdonaría? Quien sabe.

Te quiero, enemigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora