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Alya Albrecht, una joven de Wilson con una vida normal, hasta que un día se dio cuenta que tenia nuevos vecinos, su familia y ella fueron a darle la bienvenida al pueblo, sin saber que estaría flechada por uno de sus vecinos, Frey Stei...
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❝El miedo no evita la muerte. El miedo evita la vida. - Naguib Mahfuz❞
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Faltaban quien sabe cuantas semanas o días para que mis padres volvieran a casa, los extrañaba, la casa se sentía sola y por eso mejor me quedaba en mi cabaña, no quería que Frey dejara a su familia de lado por mi, desde que me quede en mi cabaña siempre se a quedado a dormir, pero cada noche le repetía que no es necesario estar todo el día conmigo, aún que lo agradezco y realmente me gusta su compañía, pero todavía asimilo que hace nada peleábamos y no estábamos como ahora, fue muy rápido el cambio.
Mi madre no me especificó el día que llegarían, y por eso mi preocupación empeoraba, pero sabia que iban a estar bien, me convencía a mi misma de eso.
Ahora estoy en mi cama de la cabaña, pensando en nada y viendo el techo, solté un suspiro muy grande y mi mente pensó en salir.
Quería sentir el aire fresco un rato, así que me levanté de mi cama con muchos ánimos, fui a mi ropero y saque una blusa holgada verde oscuro con unos pantalones flojos, lleve mi sudadera color negro porque afuera hacía un poco de frío.
Cuándo ya estaba vestida, abrí la puerta de mi cuarto y salí de el, baje las escaleras y hasta que llegue a la puerta de mi casa saque las llaves de mi bolsillo y la abrí, una vez afuera, tome un bocado de aire, mis pulmones sé llenaron y después solté todo el aire.
Empecé a caminar mientras veía los árboles, el viento chocaba sus hojas y el sonido era tan tranquilizador.
Pensé en ir a la casa de mis padres, que estuviera más de dos días sola me hacía sentir mal, bueno, sé que es una casa pero creo que también tienen sentimientos, me golpeé la cabeza con mi mano por la estupidez que acababa de decir y mejor seguí con mi camino olvidando si las casas tienen sentimientos o no.
Llegué y se veía igual como la última vez que vine, confundida vi mi ventana.
