capitulo 02

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Salida Del Infierno, Escenario Izquierdo

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Salida Del Infierno, Escenario Izquierdo

Los Dursley adultos estaban bastante acobardados por la demostración de fuerza de Harry aquella primera mañana, y Dudley aún no había llegado al punto de inventar Harry Hunting, así que la semana siguiente en Privet Drive transcurrió notablemente tranquila. No se molestó en exigir que la sala de juegos se convirtiera en su nuevo dormitorio, con la certeza de que pronto se lo darían a Sirius, y seguía ayudando con las comidas porque estaba acostumbrado a hacer la comida -tanto de adulto en aquella otra realidad como antes de la fusión en esta realidad, había pasado tanto tiempo haciendo la comida para sí mismo y para variaciones de lo que él llamaba "familia", que se ponía nervioso si no ayudaba-, pero por lo demás se negaba a ayudar en la casa.

Petunia no había tardado en desarrollar la teoría de que lo que no se veía no se pensaba y no perdía tiempo cada mañana asegurándose de que tuviera todo lo que pudiera necesitar para mantenerse ocupado fuera de casa hasta la hora de cenar, llegando incluso a ofrecerle dinero muggle, a pesar de que aún no había cumplido los cinco años y no llegaría lejos con el dinero por sí solo. Sin embargo, se aseguró de que tuviera una llave de la casa, que llevaba en un cordel con el anillo de Peverell colgado del cuello, para no perderla si decidía correr como un lobo. El cordel y el anillo habían sido encantados hasta la saciedad con los más potentes amuletos repelentes de muggles que había sido capaz de lanzar con la varita que le había prestado un mago borracho con el que se había tropezado en Knockturn cuando volvía de Gringotts en su primer viaje. (Si la varita hubiera sido menos quisquillosa, Harry se la habría guardado, pero al final no había merecido la pena el aumento de la fuerza de sus hechizos).

Dos días antes del quinto cumpleaños de Harry -que, curiosamente, era luna llena-, éste fue despertado por unos decididos golpes en la puerta principal mientras Petunia apenas se removía en el piso de arriba. Aunque era perfectamente capaz de abrir su armario cerrado con llave -sinceramente, por qué se molestaban ya con la cerradura era un misterio para él, pero suponía que así Vernon se sentía más seguro- y abrir la puerta él mismo, no vio razón alguna para ahorrarle a su tía la pequeña vergüenza de recibir a las visitas en camisón y bata.

No habían pasado ni dos minutos cuando Petunia bajó las escaleras por encima de Harry, que oyó cómo se abría la puerta principal. Hubo una pausa embarazosa y luego Petunia preguntó: "¿Qué quieren aquí?".

"Yo también me alegro de volver a verte, Petunia", comentó una voz áspera, y los ojos de Harry se abrieron de par en par al reconocer al interlocutor: ¡Sirius! Había funcionado.

"¿Podemos pasar, señora Dursley?" pidió una voz suave que le sonaba vagamente familiar.

"Es demasiado..." Petunia comenzó.

Sirius la interrumpió: "Oh, no nos dejarías parados en la entrada toda la mañana, ¿verdad?".

Harry sonrió; estaba claro que Sirius conocía lo suficiente a su tía como para saber exactamente con qué amenazas conseguiría lo que quería con mayor rapidez. Y, en realidad, eso era un indicador bastante bueno de que había sobrevivido intacto a los dementores hasta el momento; Harry sabía que se las había arreglado, por supuesto, pero no podía evitar preguntarse cuánto mejor estaba Sirius ahora que lo habían liberado ocho años antes.

De Pie Contra La Luna || #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora