Maldito contra su voluntad, Harry hizo lo mejor que pudo hasta que se encontró, de nuevo, vagando por el reino de la Muerte. Cuando la Muerte le ofrece una segunda oportunidad, una oportunidad para corregir los errores ante los que había estado cieg...
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Ojo De La Tormenta
Harry decidió, después de calmarse con su manada y ayudar a cuidarlos por la mañana, que en realidad no le importaba cuál era el problema de Riddle, porque tenía cosas mucho más importantes de las que preocuparse, como una guerra de aquelarres que había estallado en los alrededores de Transilvania mientras él había estado en la fiesta. Pasó las dos semanas siguientes trabajando con Carmilla para detener la lucha, ocupándose de los tres idiotas que la habían iniciado de forma que todos estuvieran contentos, y luego trazando nuevas líneas territoriales.
"Y la gente dice que los hombres lobo son malos viviendo en proximidad", murmuró Harry a Carmilla en un momento dado.
Carmilla soltó un resoplido. "Al menos los míos no se mean en todo para marcarlo como suyo".
Harry se limitó a mirarla hasta que ella le mostró una sonrisa dentada, entonces puso los ojos en blanco y volvió al trabajo.
Cuando Riddle no apareció para la luna nueva de aquel mes, Harry estaba demasiado cansado como para preocuparse de que aquel hombre fuera un imbécil.
El hecho de que sus Werefolk, que claramente se habían sentido abandonados, se pasaran las semanas entre la luna nueva de enero y la luna llena en pequeñas escaramuzas por gilipolleces totalmente estúpidas, hizo que realmente no le importara Riddle.
¿Qué tenían exactamente los meses de invierno que hacían que los no humanos se convirtieran en niños pequeños malcriados?
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Cuando Riddle se perdió la luna nueva de febrero, Harry se fue irritando progresivamente a lo largo del día siguiente -a lo que no ayudó el hecho de tener la casa completamente para él solo porque Sirius estaba en el Ministerio y Remus estaba trabajando en cosas para Riddle-, hasta que finalmente soltó: "¡Muerte!".
La Muerte apareció de inmediato, claramente esperando la llamada de Harry. "¿Amo?", preguntó, completamente tranquila.
Harry cerró los ojos y se obligó a respirar hondo, recordándose a sí mismo que esa no era la persona con la que estaba enfadado y que necesitaba no tratar a la Muerte como escoria, porque sinceramente le gustaba. "Lo siento", susurró una vez que se sintió más en control de sí mismo.
