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Estar tan lejos de casa, era extraño... era... bueno, Padre dice que es la mejor decisión, lo mejor para la familia, pero somos fuertes, siempre hemos enfrentado los problemas. Por que ahora huimos?

-Neteyam...- escuche a mi Padre y volé mas cerca de él.

-Si Padre

-Este es un nuevo lugar, algo nuevo para todos y espero cuides de tus hermanos.

-Lo se...- susurre algo cabizbajo.

No es que no adorara a mis hermanos, ni a mis padres, pero... quisiera que también me trataran como un hijo más. Para mi padre me convertí en el protector, el que cargara el peso de sus expectativas y para mis hermanos soy... el gruñon, el que no desobedece, el queda bien...

No encajo o... más bien, no se donde encajar.

-Este será un nuevo hogar, no somos más los lideres del clan. Sólo talvez refugiados...

Note en la mirada de Padre algo vacío, algo que muchas veces no comprendo. Madre dice que... al ser un hombre del cielo, el ha visto cosas que no quisiera que nuestro mundo sufriera y que la guerra aun trae esos recuerdos... talvez el último ataque le afecto más de lo que pensé.

-Pa...

-Llegamos!- anuncio Lo'ak señalando al frente.

Reprimí mis palabras y reduje el vuelo, los nervios empezaron a invadirme, esta vez éramos solo nosotros y el mundo desconocido, no estaba nuestra gente o amigos respaldándonos

Cuando aterrizamos la gente empezó a rodearnos, Padre fue el que abogó por nosotros, pero mi mente no estaba realmente con sus palabras, estaba más interesado por el físico diferente que tenían este tribu, mi curiosidad despertó. Hasta que note una mirada pesada sobre nosotros.

Saludé en forma de respeto al igual que Lo'ak, noté el desagrado y la forma prepotente en que nos miraba, pero se distrajo cuando una nueva chica salió del mar. Mi hermano cayó algo embobado y volteé la mirada, no quería involucrarme.

Regrese mi atención a tiempo, donde la Tsahik de la tribu nos juzgaba, "sangre de demonios"... extraños, rechazados. Padre trataba de aminorar la tensión, de recordarles que seguimos siendo Na'vi, que él protegió a nuestra gente.

De nuevo mi mirada choco con ese chico... ya no se veía desconfiado, pero aun se sentía prepotente, cuando el Jefe del clan hablo de nuevo, entendí que era su hijo, igual que la chica del mar... que al final terminaran siendo nuestros maestros dentro de su tribu.

Nos dieron nuestra propia tienda, acoplamos nuestras cosas y Padre volvió a darnos unas palabras... algo de no meternos en problemas y aprender las costumbres y cualquier cosa como ser buenos chicos.

....

Al día siguiente teníamos que estar en la playa temprano, aprenderemos a nadar.

Algo indispensable para no ser un estorbo en la aldea. Me sentía como un niño al explorar el lugar, para llegar a la playa, tenía que pasar un camino entretejido, que mantenía elasticidad al pasar sobre él... no pude evitar brincar un poco sobre ellos y por fin llegar a mi destino.

Tuk lo notó y puse mi dedo sobre mis labios, pidiéndole guardar el secreto, los demás estaban distraídos y yo era la menor de sus preocupaciones.

Tsireya y Aonung son los hijos de los jefes del clan. A los cuales estaremos a cargo... nos esperaban en la orilla junto con otros chicos, Tuk y Kiri aun no llegaban, ayudaban a la Tsahik hasta un poco más tarde.

Mi atención regreso cuando Aonung tronaba su lengua y producía algunos sonidos suaves, que no tardaron en hacer efecto cuando varias criaturas lo rodearon.

Ultxa (Unión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora