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[Aonung]
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Aclaración: <  > hablar en lenguaje de señas
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-Ey Aonung!- Rotxo llego corriendo a donde estaba ayudando a tallar unas lanzas.

-Que sucede?- pregunté extrañado, nunca me busca cuando estoy trabajando.

-Algo esta pasando en la entrada de la isla, parece ser que tu madre tuvo que ir.

-Mi Madre? -normalmente quien manejaba asuntos exteriores era mi padre, pero si ambos están ahí, algo importante debió pasar -vamos a ver.

Ambos corrimos hacía el lugar, había un pequeño grupo rodeando lo que sea que estuviera pasando, así que me adentré hasta llegar al frente, donde pude notar la presencia de extraños.

Era una familia, la pareja y cuatro hijos. Reconocí al que lideraba a la familia, había escuchado a mi padre hablar de él. Turuk Makto... el hombre que vino del cielo, pero le dio victoria a nuestro pueblo...

Todo aquello paso antes de mi nacimiento, pero me emocionaba ver a un guerrero como él, aunque... Madre no lo reconocía del todo, ella aun nos advierte de hablar con esos alienígenas invasores. No han hecho más que dañar nuestro mundo...

Cuando los hijos de Turuk se acercaron, note el saludo de respeto, pero me mantuve al margen, no iba a responder hasta que mis padres dieran su veredicto, o bueno... lo intenté.

Mi hermana llegó junto a nosotros y fue evidente que uno de esos tontos le gusto, así que mi curiosidad gano y trate de fijarme mejor en ellos.
Uno de los hermanos sonrió a Tsireya, mientras que el otro volteó su mirada desinteresado.

Ambos se veían cercanos a mi edad, tenían un cuerpo delgado, se notaba que no eran de por aquí. Sus colas pequeñas, el tono de su piel, pero sus cuerpos eran totalmente de guerreros.

Si los rumores eran ciertos, los Omatikaya han sido un frente importante para retrasar a los hombres del cielo, en la conquista de nuestras tierras, pero mucho de ello era por su líder, Turuk... entonces que hacían aquí?

Mi atención regreso cuando madre los juzgaba, "sangre de demonios"... extraños, rechazados. Jake Sully trataba de aminorar la tensión, de recordar que son  Na'vi, que él protegió a nuestra gente.

De nuevo mi mirada choco con ese chico... había un rechazo interno en mi, por las palabras de mi madre, pero... él se veía tranquilo y protector, aun siendo juzgado. Era... diferente y logro llamar mi atención.

Nuestras miradas se encuentran, sus ojos se abren ligeramente, como si... tal vez hubiera sentido la misma extraña sensación en su corazón que yo.... como si significara algo para mi. 

Me permití solo unos segundos más para estudiar al chico antes de apartar la mirada, sintiendo una sensación de ardor en las mejillas.

Pero él era... interesante

Mi Padre nos ordeno a Tsireya y a mi, que les enseñaremos a vivir como nosotros, preste atención de nuevo y quise negarme, pero no me dio si quiera oportunidad.

Tsireya se encargo de llevarlos a su tienda y yo me quede detrás vigilándolos, que propósito tenia que gente de guerra buscara refugió?

-Estas bien?- pregunto Rotxo.

-Si... eso creo.

-Me sorprendió que la Tsahik los aceptara, ellos son raros...

-Sólo serán un dolor de cabeza, por qué tengo que cuidarlos?

Ultxa (Unión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora