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-Bien... deje a mi Ikran seguro y regresamos al arrecife, creo... que ya podemos hablar de lo que sucedió.

Hable cuando no veía intenciones de él para empezar esta conversación. Regresábamos en silenció y él liderando el camino, yo unos pasos detrás de él. Ambos sumergidos en nuestros pensamientos.

Repasaba una y otra vez la confesión, que aunque me tomo por sorpresa todo lo que había pasado, la emoción retumbaba en mi pecho.

Sabía que pude ser muy cortante y frío al principio, pero quería ser realista. Yo sé mi lugar en este lugar, solo soy un refugiado, un alienígena y un extraño... ya no soy el próximo Olo'eyktan o un guerrero. No había forma de que pensara en un buen futuro, pero... si él lo estaba intentando, si él lo quería tanto como yo... tal vez...

-Si... es solo que no se por donde empezar- Ao'nung se detuvo y volteó a verme, quedando de nuevo de frente a una distancia de un brazo.

-La parte difícil creo que ya la pasamos- respondí avergonzado, pero sin borrar mi sonrisa.

-La parte difícil entre nosotros...- se acercó sutilmente- no sé si realmente ya la pasamos.

-A que te refieres?- di un pequeño paso más hacia él, orbitábamos uno al rededor del otro... no era realmente intencional, solo que... no me sentía cómodo hablando de esto tan lejos.

-Sigues pensando en los demás y no en nosotros- su mano rozó mi brazo desde mi hombro hasta mi mano, donde se detuvo.

-Y que quieres que haga? Eres el sucesor.

-No hay ley que prohíba que te escoja como mi pareja.

-Ao'nung- susurre. Me quede quieto al sentir nuestras manos entrelazadas nuevamente y como pequeño se frente a la mía, quedando tan cerca que sentía su calor en medio de la brisa marina- sé que puedo ser elección, pero no aquí... no con tu gente.

-Ellos no deciden por mi- su voz se volvió mas grave, causándome un escalofrío.

-Pero tus padres si- mi mente se nublaba, pero tenia que hablar claro, tenía que dejar en claro todo ahora y no tener dudas en el futuro...

-Bueno...- sus orejas cayeron y supe que tenía razón- mi madre puede ser difícil... supongo.

-Supones?- sonreí al notar el pequeño puchero que hizo- ella aun me cree indigno, igual que a mis hermanos... nos acepta, pero solo como refugiados.

-Lo sé! Lo sé... pero aun quiero intentarlo, podemos empezar en las sombras, algo solo nuestro.- insistió convencido de sus palabras.- si estas de acuerdo...

-Salir... a escondidas?- no sonaba mal.

-No es como quisiera que sucediera, pero en nuestra posición puede ser lo mejor... intentarlo primero nosotros... sin ningún peso de los demás.

-Algo nuestro... suena bien- le devolví la sonrisa.

-Puede que con el tiempo... mi madre acepte y... lo podamos decir.- parecía ilusionado.

-No nos adelantemos, primero... quiero disfrutar esto.- con mi mano libre, acaricie su mejilla y su pequeño suspiro de alivio fue un peso menos.

-Será nuestro secreto- tomo mi mano de su mejilla y la beso.

-Oh por favor- rodé los ojos- nunca hubiera imaginado que el chico malo es un romántico.

-Bueno Neteyam... siéntete afortunado, porque eres el primero en ver este lado mío- me enseño sus dientes en una sonrisa altanera y quería burlarme, pero sus palabras...

Ultxa (Unión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora