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Hoseok volvió a la fogata después de despedirse de namjoon en los últimos metros cubiertos por el bosque, antes de separarse le recordó que lo amaba y nuevamente le pidió que jamás lo dejara solo.

-Siempre estaré contigo -le dijo el vampiro, acunándole el rostro y besándole los labios una última vez antes de separarse.

El delgado chico le sonrió, con sus pequeños ojos reflejando la cantidad descomunal de sensaciones y sentimientos que despertaba en él, si namjoon lo miraba bien podría leer todo el amor que el humano le profesaba como si de tratara de un libro abierto.

Lo que más le dolía es que podía hacerlo.

Namjoon se quedó inmóvil entre los árboles hasta que hoseok desapareció en la lejanía. El humano caminaba con cuidado, buscando hacer el menor ruido posible e intentando ver hacia donde se dirigía sin chocar e impactar de boca contra el piso. Gracias a la oscuridad, su caminata se hacía más discreta pero eso no aseguraba pasar desapercibido por todos.

Cuando llegó a la plaza principal donde la fogata había tenido lugar, solo vio leña humeante que apagaron hacía poco y las últimas personas dispersándose, volviendo a sus hogares para descansar y prepararse para la jornada del día siguiente. Hoseok apretó los labios, repentinamente nervioso sintió su corazón acelerado contra el pecho, el aire pesado en los pulmones y un nudo que le ceñía el estómago. Apretó las manos viendo como las luces de las lámparas se alejaban cada vez más junto a las personas que las usaban para guiarse el camino, hoseok había llevado una pero seguramente alguien se la llevó al ver que su dueño no estaba en los alrededores.

Se miró las manos, apenas podía ver los vendajes que las cubrían y suspiró, dándose la vuelta para seguir el camino a casa, tarareando la canción que minutos antes cantó para namjoon.

Mientras yacía con él se preguntó por qué no huían juntos, deseaba estar con namjoon lo que le quedara de vida e incluso no le importaría entregar su humanidad pero todas esas idea escurrieron como arena en sus dedos al pensar en su familia; su padre, era cierto que lo trató mal los últimos días pero antes de eso siempre fue atento, amoroso, lo admiraba y le profesaba gran amor. También estaba su madre, esa delicada mujer que le preparaba las más deliciosas tartas, que le amaba con todo su corazón, que siempre estuvo allí para cuando la necesitó ¿Cómo dejarla sola? Y por último pero no menos importante estaba su pequeña hermana, tan solo una bebé pero hoseok no quería perderla, ni su crecimiento tampoco, quería estar allí para apoyarla, para ayudarla a levantarse cada vez que cayera.

¿Cómo abandonar a una familia tan buena? Por un momento se disgustó, sería más fácil si hubieran sido diferentes pero... Le había tocado una magnífica familia, amorosos y correctos; no podía abandonarlos solo así, sin saber nunca qué fue de él ¿Cómo podría someterlos a tanto sufrimiento por razones egoístas?

Volvió a casa caminando cabizbajo, preguntándose qué hacer y si lo más prudente sería esperar varios años más porque después de todo, namjoon era una ser inmortal y había estado cerca de él desde que era un poco más que un infante, no se iría después de haberse enamorado el uno del otro. Se sintió tonto por un momento porque estaba haciendo planes sin haberle consultado a namjoon su opinión, pero le plantearía todo el asunto en algunos días, quizá.

Cuando llegó a casa, las lámparas seguían encendidas así que no tardó en entrar, teniendo cuidado en cerrar bien la puerta o se abriría por las corrientes de aire. Al levantar la mirada se halló con un escenario que definitivamente no esperaba; en las sillas alrededor de la chimenea se hallaban sus padres, sentados y con expresiones que no le mostraban nada bueno pero no estaban solos, a su alrededor se hallaban los hombres del templo vestidos con sus túnicas sucias y remendadas.

𔘓 The Darkness 𔘓𓂃  ˖ Namseok˖ ׅHopenam°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora