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Hoseok se repitió internamente en más de una ocasión que debía volver al pueblo, a su lugar alrededor de la fogata simulando que solo tuvo una visita a la letrinas pero allí estaba, sin dar ni un solo paso en la dirección que la moralidad dictaba era la correcta.

En su actual estado no tenía la capacidad para pensar en nada más que no fuese su amado, así como estaba, él era lo único que importaba.

Tendido en un pequeño claro en medio de arbustos frutales lo suficiente altos para ocultar sus figuras, siluetas oscuras debido a la densa noche únicamente iluminada por el platinado destello de la luna. Sus brazos se cerraban alrededor del cuello de su amado, sus labios se encontraban una y otra vez, podía asegurar con total certeza que jamás olvidaría la textura de los labios de namjoon, ni tampoco la temperatura de estos, un punto perfecto entre frío y calor, esa mitad perfecta que le calaba hasta la más pequeña célula de su cuerpo. Ambos pares de labiales danzaban a un son lleno de lujuria, pasión y el más puro amor que dos almas paradójicamente profanas podrían compartir. Los separaban dejando entrar la lengua del otro, alternándose entre sí, chocando y frotándose cada tanto, enviando satisfacción a ambos individuos.

La piel de hoseok se tornó rojiza en su cuello, mejillas y orejas por la temperatura elevada de su cuerpo. El contacto de tal calidez con la anatomía comúnmente fría de namjoon, generaba placer en el vampiro que sentía más intenso el calor debido a su naturaleza, lo abrazaba, le hacía olvidar todo lo que estaba mal y el inminente final que conocería. Las ropas de ambos terminaron en algún lugar sobre los arbustos desde un rato atrás pero a ninguno pareció importarle, muy concentrados estaban en recordar cada momento, cada caricia y cada sensación que experimentaban. Era la primera vez que hoseok sentía algo tan intenso, y namjoon había olvidado cómo se sentía.

La boca de hoseok tenía un sabor dulce, la de namjoon llevaba cierto toque metálico característico de su dieta. A cada uno pareció agradarle el sabor del otro.

Las piernas del humano ceñían la cadera del vampiro en un abrazo trémulo pero firme. Namjoon lo sostenía de las caderas, estrujándolas, marcándole los dedos en su inmaculada piel mientras se hundía en él una y otra vez, llevando un ritmo constante, que alternaba entre suaves y largas embestidas que se tornaban duras y profundas con el pasar de los minutos, con el aumentar del calor, con los sonidos que emitían sus gargantas.

Hoseok levantaba la cadera cada tanto, buscando recibirlo más profundo, con lágrimas derramándose de sus ojos. Si le hubieran preguntado, él no habría sabido por qué lloraba, eran tantas cosas en algo tan pequeño pero significativo como una lágrima: placer, éxtasis, lujuria, felicidad, pertenencia, nerviosismo y miedo.

Llevaba los pezones rojizos, endurecidos al igual que su falo que reclamaba atención pero se negaba a poner fin al abrazo que compartía con namjoon. Sus necesitados gemidos eran el sonido predominante en aquél oscuro y desolado bosque, se fundían en una erótica sinfonía con el repetitivo choque de sus pieles y los graves gemidos que emitía el vampiro.

Los gemidos de hoseok tomaron la forma de placenteros sollozos conforme se acercaba a la cúspide del placer con el calor cubriéndole el cuerpo de sudor, pegándole los cabellos negros a la frente o a la nuca. Arqueó la espalda dejando salir el nombre de su amado en un suspiro cuando éste llevó una de sus manos al miembro necesitado del más delgado, hizo un puño hueco alrededor del falo comenzando a estimularlo al ritmo de sus embestidas, ayudándose con el viscoso y translúcido líquido que manaba de la punta que hacía de la masturbación más placentera. Apretaba con suavidad, robando jadeos más altos y frotaba el pulgar contra el glande.

El cuerpo de namjoon experimentaba una clase de calidez que desde hace mucho tiempo no sentía, el sudor le corría en finas y pequeña gotas, las mejillas le ardían, la sangre que corría por sus venas le pertenecía más de lo que realmente lo hacía. La sensación en su falo gracias a las paredes de hoseok abrazándole enviaban corrientes placenteras por todo su cuerpo, erizándole los vellos en un reflejo que creía extinto en él.

𔘓 The Darkness 𔘓𓂃  ˖ Namseok˖ ׅHopenam°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora