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Hoseok esperaba la noche, como era costumbre para él desde que los encuentros con namjoon se volvieron recurrentes. Sus padres no estaban en casa debido a una reunión, el que se podía designar como líder del pueblo, gracias a su riqueza y poder, los había llamado a todos para discutir lo que él designaba como un «asunto de vital importancia>>

Pero él se había quedado en casa, no le gustaban esas reuniones aburridas, siempre hablaban sobre el aumento de impuesto, nuevos puestos vacantes, algún ladrón que deberían enjuiciar o si había alguna dificultad con la importación y/o exportación del poblado. Como le consideraban un joven centrado y responsable, le permitieron quedarse en casa no sin antes recordarle que mantuviera su buen comportamiento en lo que ellos se ausentaban para acudir a la llamada.

Debido a esto, hoseok no debía actuar con extremo sigilo, al menos no para irse. Estaba sentado en el patio de la cabaña, luego de haber cerrado la puerta trasera con llave. Su espalda apoyada contra la madera apilada destinada a las chimeneas, pelaba y comía una mandarina mientras esperaba que el sol desapareciera del firmamento, no quería verlo más, no mientras namjoon se refugiase en la oscuridad y bajo la tenue luz de la luna.

Se quedaba dormido por espera, hecho un ovillo en el corto césped. Se sentía un poco cansado, lo atribuyó al viaje de entrega pero se dijo a sí mismo que no debía dormirse porque vería a namjoon esa noche. Se dio pequeños golpes en las mejillas con la esperanza de mantenerse despierto un rato más. El cielo estaba oscuro, las estrellas brillaban ¿es que namjoon lo había olvidado? No, imposible. Quizá algo le había sucedido, tuvo algo que hacer y por eso no pudo asistir. Era una teoría mucho más verosímil. Hoseok no tenía una educación muy diestra pero sí podía saber que por la forma en la que namjoon lo miraba; no se olvidaría de él. Aún no sabría definir si se trataba de un hecho positivo o negativo.

Escuchó los lobos aullar en la lejanía mientras él miraba la oscuridad del bosque con anhelo. Sus pupilas dilatadas, brillantes, esperando por ver a namjoon. Acercó las rodillas a su cuerpo, abrazándose, apoyó la barbilla en las mismas y reanudó su espera, ésta vez tarareando una canción de cuna que su madre le cantaba hacia muchos años atrás.

Justo cuando empezaba a perder la esperanza, sintió algo que voló muy rápido por su lado. Se levantó de su lugar, con una amplia curva, mirando entre los arbustos que crecían cercanos de su vivienda. Había pasado tan rápido que no podía saber si se trataba de namjoon, de un murciélago común y corriente o de algún pichón desorientado en sus primeros intentos de vuelo.

-¿joon? -murmuró acercándose. A menos de un metro del arbusto se detuvo, se arrodilló mirando atentamente la vegetación, esperando algún indicio.

Lentamente, un murciélago salió del arbusto con pasos lentos y cuidadosos, podía haberse confundido con otro de su especie totalmente corriente pero hoseok pudo ver la profundidad, la inteligencia en sus pequeños ojos. El animal miró a los lados, buscando alguna señal de amenaza pero no fue así. Desplegó las alas y se perdió nuevamente en la oscuridad del bosque, donde hoseok lo vio desaparecer entre los árboles.

Lleno de gozo, se levantó, limpió la tierra de sus piernas y tomó la lámpara de aceite antes de desaparecer en la oscuridad del bosque. No debía ser tan cuidadoso como en otras ocasiones, esa noche podía darse por sentado que nadie lo vería irse. Anduvo con pasos cuidadosos, para no caer con las raíces, pisar fruta podrida o algún animal peligroso. Cada vez se perdía más en la espesura del bosque, ya no veía su pueblo si miraba hacia atrás, no importaba a dónde mirase, solo podía ver una amplia cortina de oscuridad que solo se rompía por el brillo de la luna y el resplandor amarillento de las llamas de su lámpara de aceite. La brisa fresca le secaba el sudor en la frente, provocando un estremecimiento por la sensación.

𔘓 The Darkness 𔘓𓂃  ˖ Namseok˖ ׅHopenam°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora