Capítulo 18

3.6K 133 20
                                    

Después de ese emocionante momento, decido recostarme en la cama para descansar un poco y asimilar la noticia que acababa de recibir. Al despertar de mi breve siesta, noto la vibración del teléfono y, al revisarlo, descubro un mensaje que me llena de alegría. Sin dudarlo, marco el número de Sira para compartir con ella la emocionante novedad.

La videollamada se establece rápidamente, y mi rostro iluminado refleja la emoción que siento al ver a mi amiga del otro lado de la pantalla.

—Sira —llamo con entusiasmo.

—¿Qué pasa? —responde ella, con una sonrisa expectante.

—¡No te lo vas a creer! —exclamo emocionada.

—Bueno, cuéntame ya, ¡no me hagas esperar! —responde Sira, contagiada por mi entusiasmo.

—¡Me han dado un trabajo en Estados Unidos! —anuncio, casi sin poder contener la emoción.

La reacción de Sira es instantánea. Un grito de alegría resuena al otro lado de la línea, confirmando que mi noticia había sido recibida con la misma emoción que yo sentía.

—¡Es increíble! ¡Felicidades, Laia! —exclama Sira, emocionada.

—Gracias, amiga. No puedo creerlo —respondo, con una sonrisa que no puedo ocultar.

Sira promete estar en mi casa en 20 minutos para celebrar juntas esta gran noticia. Pasado el tiempo acordado, tal como lo había prometido, Sira llega acompañada por Ferran, Ansu, Pedri, Gavi y Mara.

—¡Cuéntanos todo! —exclama Sira, abrazándome con entusiasmo apenas pisa el umbral de la puerta.

—Me han dado el trabajo que siempre quise en Estados Unidos —comparto, contagiada por la emoción de mis amigos.

Las preguntas y felicitaciones no se hacen esperar. Ansu, un poco apenado, pregunta por la duración del trabajo, mientras Ferran muestra curiosidad por los detalles de mi nueva aventura.

—Un año de prueba. Si me gusta más que España, me quedaré allí de manera permanente —explico, notando la mezcla de emociones en la mirada de mis amigos.

—Estoy muy emocionada. Este siempre ha sido mi sueño —agrego, sintiendo la felicidad recorrer cada fibra de mi ser.

Las despedidas se hacen inevitables, y aunque conllevan un dejo de tristeza, cada abrazo y palabra de aliento de mis amigos me llena de fuerza y optimismo.

—Nosotros también te echaremos de menos —dice Ansu, dándome un abrazo cálido.

Después de las despedidas, mi mirada se posa en Gavi. Aunque sigo sintiendo cierta incomodidad por lo ocurrido, sus palabras logran suavizar un poco mi ánimo.

—El destino lo decidirá —respondo, despidiéndome con un gesto amable.

Luego, mi atención se dirige a Pedri. A pesar de todo, decido expresar mi gratitud por nuestra conexión.

—Estoy encantada de conocerte, a pesar de lo que pasó —digo, sintiendo cómo se disipa la tensión entre nosotros.

—Fui un idiota, perdón —se disculpa Pedri, y su sinceridad me conmueve.

—No te preocupes —respondo, deseándole lo mejor con una sonrisa.

Hacemos contacto visual, y en ese momento, ambos sabemos que hay sentimientos no expresados entre nosotros. Aunque ninguno de los dos puede confesarlo abiertamente, el vínculo que compartimos es innegable.

























¿Opiniones?

Muy triste chicas😭

Ojalá os guste

Mis chicos de traje| Pedri González y Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora