Capítulo 31

2.2K 112 32
                                    

Les conduje al sofá y nos sentamos en él.

—Pablo habla muy bien de ti —comenta Marcos, y yo lo miro.

—¿En serio? —pregunto, y él asiente.

—Eres muy guapa, por cierto —añade, y yo le sonrío.

—Gracias —respondo, y él se vuelve hacia Pablo.

Así pasamos toda la tarde, charlando y divirtiéndonos, hasta que dije que debía irme, aunque no era cierto, pero Marcos me estaba empezando a aburrir, así que me despedí y me fui.

Decidí ir a tomar un café en Starbucks, así que fui a uno cercano que no solía estar muy concurrido. Al entrar, examiné las opciones y hice mi pedido.

—Quiero un café con nata, por favor —solicité, y la chica asintió.

—Cinco euros —dijo ella. Saqué el dinero de mi cartera y pagué.

—Cada vez más caro, ¿eh? —bromeé, y ella rió.

—No lo dudes, la inflación —respondió riéndose, y yo sonreí antes de dirigirme a la zona de espera.

Unos minutos después, me entregaron mi café y salí para tomarlo afuera. Al salir, choqué con alguien y mi café cayó al suelo.

—Mierda, perdona —me disculpé, agachándome para recoger mi vaso de café.

—No pasa nada —escuché decir a una voz con acento francés. Levanté la cabeza y vi a Griezmann.

—Ay, Dios mío, lo siento muchísimo —dije avergonzada, levantándome y mirando su camiseta blanca manchada de café.

—Tranquila, ya lo limpio yo —dijo él riéndose mientras intentaba limpiar con una servilleta.

—Sí, perdón —volví a disculparme.

—Deja de pedir perdón, dije que no pasa nada —respondió él, agarrándome del brazo y riendo.

—Vale, lo siento —dije y abrí la boca.

—¡Cierto! Tengo que dejar de pedir disculpas —comenté y él se rió fuertemente.

—Sí, creo que sí —dijo, bromeando, y yo también me reí.

—Oye, ¿quieres que te lleve a mi casa y te dé una camiseta? —pregunté.

—No es necesario —respondió él.

—Insisto, estás hecho un cuadro —dije mirándolo mientras me reía.

—Vale —aceptó él, y salimos del Starbucks, yo adelante y él detrás.

Al llegar a mi casa, lo llevé a mi habitación y le di una camiseta.

—Toma, es de mi padre —dije, y él asintió.

—Gracias, eres muy amable —agradeció, quitándose la camiseta delante de mí, mostrando sus musculosos músculos. Se puso la nueva camiseta.

—Bueno, debo irme, gracias por la camiseta —dijo Griezmann.

—Es lo mínimo que podía hacer —respondí, riéndome mientras lo acompañaba a la puerta.

—Cierto, oye, ¿me darías tu número? —preguntó él.

—Sí, mi número es 66281639 —dije, y él sacó el móvil y me agregó.

—Vale, ya nos veremos —se despidió.

—Sí, adiós —le dije, sonriendo como una tonta.




























Jejeje no me matéis

Perdona por tardar en actualizar chicos :(

Tengo mucho trabajo

Mis chicos de traje| Pedri González y Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora