Capítulo 2

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 1 de diciembre. 

No pasa mucho tiempo de nuestra salida del apartamento, cuando Charlotte estaciona su auto en el garaje de la pequeña mansión de la familia Lark. Sonrío al recordar la vez que por primera vez vi este dulce y reconfortante hogar. Mi cara de sorpresa sigue siendo la misma y esta vez mucho más al ver que han decorado a lo grande. A la familia Lark siempre le han gustado las fiestas navideñas y todo lo que tenga que ver con los días festivos. De todos modos, su época favorita es la navidad. Cada año hacen diferentes actividades con sus familiares y hacen un gran banquete para todas las personas que quieran venir para la cena de noche buena.

En los años que he estado junto a ellos, he visto en la forma que tratan a las personas. Sin duda alguna, tienen un buen corazón. Para ellos fui como su regalo de navidad. Llegué como estudiante de intercambio para estas fechas, así que celebraron el doble ese año. Me dieron el cariño y el amor que no me pudieron dar todas aquellas personas que en el pasado me abandonaron. Por otro lado, me enseñaron a vivir otra vez.

Charlotte se queja al bajarse del auto y sopla sus manos para calentarlas. Creo que no le dije que para esta área hace el doble frío, a diferencia del lugar donde vivimos. Espero que haya traído ropa cálida para las siguientes 4 semanas. Se tardó 5 horas en preparar sus dos maletas, más la semana pasada fue a varias tiendas para comprar vestidos y regalos navidad. Por un momento pensé que se iba a quedar más tiempo, yo solo preparé una maleta.

Hablando de maletas, se acercan a nosotras dos hombres y un chico para ayudarnos a bajarlas del auto y llevarlas hasta el interior de la mansión. Los saludo por sus nombres y ellos mantienen su saludo formal. Conozco a los hombres, ya que trabajan para la familia desde mucho antes de que yo llegara a este lugar, al único que no conozco es al chico que está a su lado. De seguro es un nuevo empleado o hijo de uno de ellos.

El chico se sonroja cuando ve que mi compañera lo está mirando de una manera seductora y me río cuando él pasa rápidamente con mi maleta frente nosotras, siguiendo a los otros dos.

—Charlotte, has dejado al pobre chico sonrojado.

—¿Verdad que sí? Qué mono se ve, será mi nueva víctima—alardea.

Niego con la cabeza al estar desacuerdo con su juego, pero me quedo callada al saber que no podré apartarla de su nueva conquista.

Más adelante veo que la entrada principal es abierta y que de ella sale un niño muy emocionado, el cual al verme corre hacía donde mí. Detrás de él, sale Nora con una sonrisa y se queda parada en la entrada.

Extiendo y dejo abiertos mis brazos para recibir a Ben, el menor de la familia Lark. Tiene 5 años, apenas cuando llegué tenía un año y me encariñé mucho con él.

—Has crecido, Ben—digo, luego de abrazarlo y dejarlo en el suelo.

—¡Sí! Ahora soy el más alto de mis amigos—presume feliz y sus redondas mejillas comienzan a ponerse rojizas por el frio que hace fuera.

—¿Tienes muchos amigos?—pregunto.

—Solo 4—responde mostrando la cantidad con sus dedos—. Son buenos conmigo.

Decido sostener su mano y seguir caminando hasta la entrada antes de que comience hacer más frio. Charlotte ha seguido sin mí, así que ya ha entrado y saludado a Nora, quien nos espera a mí y su hermano.

Recuero que al principio Nora me ignoraba la mayoría del tiempo y no hablaba conmigo. Fueron largos meses los que ella me hizo varias bromas y se enojaba por puras tonterías. Aunque bueno, solo teníamos 17 años, tampoco era que nuestra madurez estaba tan intacta. Luego, su hermano Nolan nos encerró en el sótano para que dejáramos las changuerías a un lado y nos volviéramos amigas. Estuvimos más de 40 minutos sin hablarnos y sin mirarnos, hasta que yo comencé a hablar.

ÁMAME POR UNA ÚLTIMA VEZ © (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora