Capítulo 11

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Narra Grayson

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Narra Grayson

Ada presiona sus labios contra los míos en un rápido movimiento.

Me quedo inmóvil sin poder reaccionar hasta que dos segundos después comienzo a mover mis labios a su ritmo. Cierro los ojos y me dejo guiar por sus labios suaves. Un sabor a frutas puedo distinguir y gruño, queriendo obtener más de ese sabor. Más de sus suaves labios.

Joder, estoy besando el cielo.

Ada es el cielo, es todo en lo que puedo pensar ahora.

Parece tan irreal sentir los dulces labios de Ada moviéndose contra mis labios. Ella comienza a dar pequeños mordiscos sin darse cuenta y rodea mi cuello con sus brazos. Agarro su pequeña cintura y la atraigo más hacia a mí, causando que un suspiro entrecortado y tembloroso salga de ella.

Una de mis manos sube hasta llegar a su mejilla y presiono más fuerte mis labios contra los de ella. Necesitando sentir más de lo que pudimos ser. El beso sube de nivel y Ada hunde sus dedos en mi cabello haciendo que nos falte más el aire, pero lo reduzco. Porque no quiero que se acabe, no quiero que solo sea un momento.

No es un beso cualquiera; es nuestro beso. No siento mariposas como dicen los demás. Siento que estoy en lo alto, como si estuviera en una nube y es Ada la que me sostiene. Como si Ada tuviera el oxígeno que necesitaba.

Sin besos franceses, ¿recuerdas? Menciona mi propia conciencia cuando lamo un poco su labio inferior.

No quiero detenerme, pero nos falta aire. Me separo despacio de ella, dejando un casto beso en sus labios rojizos ahora hinchados. Miro sus pupilas dilatas y sonrío sin dejar de acariciar su mejilla y el pulgar de mi otra mano en su cintura. Ambos seguimos respirando de una manera superficial, aunque segundos después logro mantener una respiración estable.

Bajo mi rostro y susurro cerca de su oído:

—Nuestra cita fue real, Ada.

Veo que sus ojos se agrandan cuando alejo mi rostro de su lado, pero no dice nada. En cambio, mira hacia la puerta y traga con dificultad. Frunzo el ceño y busco lo que causó que hiciera eso. Killian está parado debajo del marco de la puerta mirándonos fijo y con una expresión seria.

Mi estómago se contrae y un sabor agridulce se instala en mi boca. Mis ojos van de ella a él y ninguno se deja de mirar. Proceso lo ocurrido mientras los observo. Antes de que me besara, he escuchado la cerradura moverse y luego Ada de la nada me besó.

¿Ada sabía que era Killian? ¿Me había besado por él?

—Supuse que necesitaban que alguien les abriera la puerta, se estaban tardando. —menciona, haciendo un espacio entre él y la puerta.

Me hace preguntar si nos estaba esperando o vigilando desde que llegamos.

Ada asiente lentamente aturdida aún por el beso o por verlo a él justo después de que pasara eso. No quiero llegar a una conclusión final, sin siquiera saber el verdadero porqué del beso. Observo como Killian tiene una sonrisa engreída en su rostro, como si supiera que ha intervenido en un mal momento. Lleva puesto lo que creo que es la chamarra de su equipo de hockey al ver su nombre escrito en el lado izquierdo.

ÁMAME POR UNA ÚLTIMA VEZ © (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora