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Estaba decidido de que no se dejaría vencer, es por eso por lo que se levantó muy temprano, fue a la ferretería y vio al menos doscientas veces un vídeo en YouTube sobre como reparar una fuga de agua.

El agujero en el suelo que había dejado Ten era por demás despreciable a la vista, pero debía admitir que era bastante útil cuando se requería una vista directa a las cañerías. Sí, no era tan difícil. De hecho, era tan fácil que pudo haber evitado contratar a un estafador. Al encorvarse en el suelo se dio cuenta de que la fuga provenía de una parte más remota de la tubería, por lo que le tocaría perforar un poco más, se colocó sus lentes y sus guantes protectores y encendió el taladro. No tenía que llegar tan hondo hasta que...

Clic.

No estaba seguro a que le había pegado, pero apenas lo hizo un chorro grande agua lo empapó por completo. Como pudo tapó el agujerito con cinta aislante, no estaba del todo prolijo, pero trabajaría en ello después, por ahora debía de contestar una llamada.

¿Seo Chang Bin?

—Sí —Se retiró los lentes y se enjugó los ojos—, ¿quién habla?

—Hablo de la Agencia de Empleos Shinhwa, encontramos una vacante que podría ser de su interés.

Esa mañana recibió una llamada en la que le comunicaban que el Hospital Universitario de Busan lo convocaba a una entrevista de trabajo. Llevaba casi dos semanas desempleado en esa ciudad que la noticia le pareció tan sorprendente que casi se orina en los pantalones. Acudió a la entrevista de trabajo dos horas después de colgar la llamada, pues tal parecía un poco urgente que se presentara cuanto antes, y quiso pensar que todo marchó bien desde que le pidieron culminar su solicitud y presentarse el siguiente lunes por la tarde.

Estaba emocionado. Por fin podrían arreglar ese terrible sistema de tuberías.

El lunes llegó más pronto de lo esperado, y aunque quiso dar una buena impresión llegando puntual y con una pulcra presentación, las cosas no le salieron precisamente como esperaba. Debió ser más listo cuando el recorrido de la casa al hospital sería de más de veinte minutos debido al tráfico, y que el Google Maps no sería tan preciso como creía. Tuvo que bajarse una parada antes de la suya, a causa de una fila de autos que no avanzaba, y corrió tanto como sus pies pudieron, arriesgándose a empapar el blanco uniforme. Se detuvo en la manzana frente al establecimiento, la calle que debía atravesar se había convertido en una columna viviente de personas sosteniendo carteles y estandartes. No prestó mucha atención a ello, por lo que solamente se coló entre la multitud con tal de marcar su hora de llegada a las 14:59 horas exactas.

—Llegas justo a tiempo —Cuando se incorporó, después de haber apoyado las manos en las rodillas para recuperar el aliento, fue recibido por un hombre cuyo flequillo le cubría uno de los ojos quien le dedicó una sonrisa—. Me alegra tanto que te tengamos siendo parte del equipo —El nombre de este instructor era Park Seong Hwa, quien se presentó a sí mismo como el supervisor en el área de enfermería. Le dio un corto recorrido por las instalaciones para, posteriormente, encaminarlo a su área de trabajo—. Este es el Centro de Esterilización y Equipos del hospital —le comentó ingresando al lugar, después de que ambos cambiaron sus ropas en vestidores. Le indicó la ubicación de cada una de las habitaciones que componía el lugar: el almacén, el equipo estéril desechable, los materiales e instrumentación para cirugías, los campos de ropa y dónde se localizaban las autoclaves—. Muy bien, Seo Chang Bin, estaré observándote el día de hoy y los siguientes dos meses de prueba. Espero que estés listo para llenarte las manos de ampollas.

—No podría estar más ansioso.

El supervisor Park rio suavemente.

—Que tengas una buena tarde —dijo antes de retirarse.

Rabiaes Dementia: ReminiscenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora