Dame una Razón (camren)

Capítulo 23

"Maldito clima", dijo Clara, mirando las nubes negras a través de la ventana.

"Lo siento", dijo Lauren, cerrando su maleta. "Pero tienes que trabajar, y se supone que esta tormenta no amainará hasta el sábado. Simplemente creo que es más seguro si nos ponemos en camino ahora, antes de que se ponga demasiado mal".

"Deberían haber volado".

"Eso no era posible. No con Camila".

Mirando a su hija por un momento, Clara dijo: "Has cambiado".

"¿Sí?"

"No puedo recordar unas vacaciones en las que no tenías algo programado para hacer cada minuto, pero apareciste aquí sin itinerario y condujiste. La vieja Lauren lo habría considerado una pérdida de tiempo".

"Mientras esté con Camila, no es una perdida de tiempo, y si tengo que conducir a Escocia de ahora en adelante, que así sea".

"Hablando de conducir a Escocia, ¿debo suponer que si vienes en Navidad, traerás a Camila contigo?"

"Realmente no había pensado en eso, pero sí, supongo. ¿Por qué?"

"Bueno, estaba pensando que probablemente Camila no haya tenido muchas fiestas navideñas felices durante bastante tiempo, así que pensé que tal vez si vinieran, iría a por todo y haría que ella recordara".

"¿Qué quieres decir? Siempre vas con todo".

"No he exhibido más que unas pocas chucherías en años, pero has estado demasiado ocupada para darte cuenta", dijo Clara en voz baja.

"¿Qué?"

"Es cierto. Desde que te mudaste a Londres, has estado tan absorta en tu trabajo que rara vez te quedabas más de un día o dos, y pasábamos la mayor parte del tiempo visitando a Nancy y sus hijas. Lo que te propongo es que Camila y tú pasen unas semanas aquí en Navidad. De esa manera, puedo conocerla mejor, decoramos hasta caernos rendidas, y tal vez para ese momento, puedas llamarla su pareja en lugar de solo tu amiga".

"¿Qué te hace estar tan segura de que ella... que ella siente lo mismo?"

"Se llaman ojos, Lauren, y yo tengo dos muy buenos. Ahora, sé que la mujer tiene problemas, pero no puedo creer que todavía no le hayas dicho cómo te sientes".

"No. No, es demasiado pronto para eso", dijo Lauren. "Cuando se trata de Camila, he aprendido que ir despacio es la única opción".

"¿Despacio es la única opción para qué?" preguntó Camila mientras entraba y devolvía los libros prestados al estante.

"Para conducir bajo la lluvia, por supuesto", dijo Clara rápidamente, recogiendo la maleta de Lauren. "Tomaré esto y llenaré tu maletero".

Al ver a Clara salir de la habitación, Camila dijo: "Me gusta mucho tu madre".

"Bueno, a ella realmente le gustas".

"¿Qué no hay que gustar?" Camila dijo encogiéndose de hombros.

Agarrando su abrigo de la cama, Lauren se acercó, deteniéndose frente a Camila por solo un momento. Permitiendo que sus ojos viajaran lentamente de arriba abajo a la mujer, Lauren dijo en un suspiro: "Absolutamente nada".

***

Después de pasar más de ocho horas conduciendo a través de una tormenta que parecía seguir cada uno de sus movimientos, cuando llegaron a casa, Lauren y Camila estaban sacudidas y cansadas. Sin garaje ni alero que los protegiera, corrieron a través de la embestida de la Madre Naturaleza, tropezando en la casa como si estuvieran conectados por la cadera.