Un matrimonio que acababa de salir de su primera etapa y entraba a otra que nadie quería para su relación.
La prueba pudo separarlos así que a Cho nada más le quedaba una cosa por hacer; dejarlo ir.
Cho dejó pequeñas notas en una caja en la mesa de...
"Seguimos nuestra vida cómo si nada hubiera pasado, con la diferencia que te oculté que he querido quitarme la vida en más de una vez. A veces pienso que mi mejor opción fue nunca conocerte." 10/10/2017
...
Guesung estaba sentando en aquel sofá, intentando ocultar sus muñecas con la manga de su suéter.
Estaba acostumbrado a estar solo pero este momento era muy incómodo.
— Cuéntame hijo ¿Cris se está portando bien contigo?
No quería mentir pero no le sacaría en la cara a aquella señora que su hijo era un maldito infeliz que hacia que su vida fuera miserable.
— Ehh.. claro, cómo siempre. — Sonrió forzadamente pensando en lo incómodo que eran ahora esas preguntas.
— Está haciendo mucha calor ¿por qué no te quitas ese suéter, cariño?
— Prefiero estar así, no se preocupe.
Rezaba para que su esposo apareciera rápido, no quería responder preguntas que no tenía ni la mínima idea de las respuestas.
Estuvo toda la tarde junto a sus suegros hablando de diversas cosas, ellos le sacaron la sonrisa que hace mucho no podía poner en su rostro.
Sus suegros eran un amor pero no podía decir lo mismo de su esposo.
— Que raro que Cristiano no vuelva.. ¿le habrá pasado algo?
— No se preocupe, él.. seguramente tiene un entreno un poco más pesado..
Aquella señora no se trago completo ese cuento pero decidió creerle.
Y empezó a sospechar cuando casi era media noche y Cristiano no aparecía.
Guesung aprovechó para ir a cambiarse para que esos moretones que tenía no fueran visibles.
Cuando bajo miro a Cristiano junto a sus padres y espero lo peor de ese momento.
— ¿Podemos hablar?
Esas palabras confirmó su pánico, no sabía que decir, su cuerpo tenía miedo.
— Claro..
Y sin esperar ninguna otra respuesta Cristiano se acercó a su esposo, llevándoselo al segundo piso.
— ¿Qué querías, que se enteraran que nuestro matrimonio está en la mierda?
— ¿De qué hablas? Te he llamado y te dejé miles de mensajes, siempre me ignoras y estás con las consecuencias.
— ¿Entonces por qué saben que tienes golpes, ah?
Quería que la tierra se lo tragara.
Tenía muchas evidencias que era víctima de abusos en todas partes de su cuerpo.
Pero nunca pensó que iban a llegar hoy, no pudo reaccionar.
Toda la tarde pudo ocultar sus marcas con su suéter pero no cayó en cuenta que estaba usando shorts arriba de la rodilla.
Quería pensar rápido en una excusa, no quería estar esta la noche con un golpe nuevo que ocultar.
— Perdona.. yo..
— ¡¿Lo ves?! Eres un maldito inútil busca atención, si tanto quieres librarte de mí ¿por qué aceptaste casarte conmigo?
La pelea cada vez iba haciéndose notar por la voz alta de su esposo.
Quería calmarlo para que su suegros no se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo pero en cambio se ganó un nuevo golpe.
Esta vez en su abdomen.
Quería llorar, no por el dolor del golpe, sino por la culpa que estaba cargando en este momento.
— No vuelvas a bajar, atente a las consecuencias si lo haces.
— Pero yo.. — Aquella oración fue interrumpida por un golpe en una de sus mejillas.
Cristiano no soportaba la voz de aquel coreano, no pensó y le dio una cachetada antes de que terminara de hablar.
— ¡Solo haz lo que te digo y sirve de una buena vez!
No quería aceptarlo pero hizo lo que prometió no hacer.
Quedarse al lado de alguien que lo maltrataba y acatar sus órdenes al pie de la letra.
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