Un matrimonio que acababa de salir de su primera etapa y entraba a otra que nadie quería para su relación.
La prueba pudo separarlos así que a Cho nada más le quedaba una cosa por hacer; dejarlo ir.
Cho dejó pequeñas notas en una caja en la mesa de...
"Por fin pude decírselo, tengo la esperanza de librarme de todo lo que me está atormentando. Aunque sé que moriré por no vivir junto a él, por fin podré alejarme." 23/12/2022
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Cuando termino de leer cada una vez de aquellas notas se desconcertó.
Busco desesperadamente en aquella caja algo más que podría servirle.
Y si lo encontró.
El anillo de matrimonio de Cho estaba a un lado de varias notas rotas.
Aquel peluche de felpa que compraron cuando recién habían llegado al aeropuerto en el país en donde habían pasado su luna de miel los acompañaba.
Agarró aquellas notas rotas y vio la fecha de cada una.
Todas aquellas notas fueron escritas por casi cinco años.
La culpa empezó a llegar a su mente mientras miró al suelo.
Habían muchas fotos de ellos dos tiradas en todo el suelo.
Rápidamente miró alrededor.
En estos años ausentes no se dio cuenta de todo lo que había hecho.
Y se sintió un monstruo cuando su consciencia lo empezó a traicionar.
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El sonido del tono de llamada lo sacó de su trance.
Guesung estaba apunto de cruzar la calle pero su celular lo detuvo.
Pero cuando ya lo tenía en manos miró en la pantalla un número desconocido.
Dudo mucho en contestar pero podría ser algo importante.
Dejó pasar unos segundos para luego contestar y ponérselo en su oreja.
— ¿Hola?
— ¿Donde estás?
Se quedó helado al reconocer aquella voz que reconocía a miles de kilómetros.
— ¿Cristiano..?
— ¡¿Donde estás?!
Habían pasado varias semanas desde que se divorciaron, Guesung para evitar este tipo de situaciones cambió su número hace algunos días pero no fue suficiente para librarse de él.
— No tengo por que decírtelo..
— ¡Responde Cho!
— Uhm.. yo..
— ¿Estás saliendo del supermercado?
En ese momento tenía miedo, mucho miedo.
Podría pensar todo de él menos que estaría espiándolo.
— No, piérdete.
Corto la llamada antes de que el portugués dijera algo.
Estaba apunto de pasar la calle hasta que miró el auto de Cristiano estacionarse enfrente suyo.
Dio tres pasos atrás con temor de lo que podía suceder, no quería volver a pasar por lo que estaba saliendo, no otra vez.
Cristiano bajo el vidrio para ver a Cho y el nombrado lo viera.
Pero en eso un pitido de un trailer de carga cerca muy cerca.
Ninguno de los dos reaccionó hasta que Cho vio cómo aquel trailer de carga siguió su camino cómo si no estuviera el auto de Cristiano adelante.
Se quedó en su lugar, sin moverse.
Las lágrimas empezaron a salir, llevando su mirar lentamente hacia donde el trailer había parado.
Y vio cómo aquel carro negro estaba echo nada.
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Ahuevo que está va a ser la primera fic que terminó 🐕
