Pequeñas historias sobre uno de mis principales A.U's: "𝖯𝗂𝗀𝗀𝗒: 𝖡𝗋𝗈𝗄𝖾𝗇 𝖳𝗂𝗆𝖾𝗌". Los cuales protagonistas de cada historia van cambiando, a sí mismo la línea temporal donde es relatada. No es un A.U fijo, está en constante cambio.
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Refinería abandonada_Lucella Capital, Lucella del Sur
Era el día de entrenar. Este día era obligatorio para todos, incluido para los segundos al mando, personal médico y los cocineros.
Cierta gata de pelaje negro intentaba esconderse para saltarse ese día, puede que en un futuro le traiga problemas pero no le importaba, no podían hacerle nada grave al ser del personal médico. Intentaba escabullirse por los pasillos de la refinería tratando de no ser detectada por nadie. Su plan iba perfectamente bien, hasta que cierto zorro de ojos color esmeralda brillantes la encontró.
—Katie. —El zorro traía puesto el traje de ejercicio del grupo. Sí, ellos tenían trajes tanto para hacer ejercicio, para estar en las bases y para las misiones de búsqueda de suministros. No eran la gran cosa, mayormente solo eran cambios de camisetas o añadir más equipamiento.
—H- Hola, Felix... —tratamudeo, aquel zorro le habia dado un susto que le despojo el alma del cuerpo—. Si me disculpas, tengo que irme —trató de hacer señas para que su contrario entendiera el mensaje—. Ahora. En este preciso momento.
—¿Pasa algo?¿Por qué no tienes puesto el uniforme? —preguntó. No era tonto, simplemente le gustaba jugar así con ella. Sabia perfectamente la razón pero por la cual estaba tan apurada y quería ver si ella intentaba comprar su silencio.
—Es que... —Trataba de buscar una excusa rápida, también conocia bien a Félix y de lo inteligente que era, pero no tenia tiempo de tratar con él—. Me duele mucho la cabeza y no creo poder ir a entrenar. —Fue la típica y más tonta excusa que pudo pensar, aún que no le veía el caso rebuscar mucho cuando se trataba de él.
—Oh...y ¿se lo comentaste a alguno de los segundos al mando o a Willow? —siguió con su mentira.
—A eso iba, sí... por supuesto...a eso iba. —Su nerviosismo por ser atrapada por alguno de ellos era evidente, odiaba entrenar.
—Pero si ellos están en la otra punta de la base... —Felix desmantelo totalmente su mentira, y tenia razón; estaban en el segundo piso, lejos de la oficina de Willow, y los segundos al mando estaba abajo en el patio, con todos los demás.
—Bueno... ¿Podrías decirles que me siento muy mal y que no puedo entrenar hoy? —se dió por vencida en su plan de convencer a Felix de que ignorara la situación y decidió utilizarlo—. Sí te preguntan que tengo, diles que me duele mucho la cabeza, ¿sí?
—Muy bien, lo haré —respondió el zorro. Katherine sabia que algo traia entre las garras para no pedir nada a cambio—. Pero la próxima inventa otra mentira, no siempre te creerán cuando digas que te sientes mal —añadió, dandose la vuelta para irse, pero frenando luego de dar unos paso—. Y espero una recompensa después, mi silencio no es gratis —dijo, recibiendo un bufido por su contraria.
