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Soo-Ji estaba terminando de tender las camas de la enfermería del instituto de Hyosan al cuál asistía, era habitual que todas las tardes los alumnos tenían que quedarse hasta que se limpiará totalmente la escuela.
En esta ocasión a ella le tocó estar en la enfermería, no se quejaba, en realidad le gustaba más estar en ese sitio arreglando las camas de los pacientes u acomodando los medicamentos que utilizaba la enfermera.
Ella tarareo una canción mientras sin problemas terminaba de tender las camas que le habían tocado.
—Hey Soo-Ji—la llamó una de sus compañeras —me podrías dar una mano con esto por favor. —pidió la de cabello castaño señalando una sabana que debían sacudir y doblar.
—Claro que sí.—sonrió yendo a agarrar el otro extremo de la sábana.
—Odio doblar sábanas —refunfuño la chica.
—¡Hey! pero es mejor estar haciendo esto que barrer o trapear por los pasillos o... que recoger la basura por el campo. Odio eso—bufó la pelinegra.
—Pues no es tan difícil tampoco limpiar el laboratorio.
—Oh ese... claro que sí—aseguró Soo-Ji juntado el último extremo de la sábana—sobre todo si te encuentras al profesor de ciencias ahí, él me da miedo—susurró la pelinegra muy por debajo y su compañera solo sonrió sin tomar enserio lo que dijo.
—El profesor Lee si es extraño, pero no es tanto como para dar miedo.
—Últimamente me produce cierta sensación rara—mencionó Soo-ji mientras dejaba la sabana en su sitio perfectamente doblada—sabes... llamame loca pero no me sorprendería que con esos conocimientos que tiene cobre venganza por lo que le ha pasado—dijo haciendo referencia a lo que todo el instituto sabía sobre su hijo.
—Tienes mucha imaginación Soo-Ji.
No tardó mucho para que ella junto a sus demás compañeros que estaban en la enfermería terminarán su labor ahí y dejaran todo en perfecto orden.
Todos salieron por delante una vez que vieron la enfermería completamente limpia.
—¡Hey!, ya hay que cerrar—mencionó un chico desde afuera con las llaves mientras ella permanecía adentro recogiendo su largo cabello en una alta coleta.
—Opsi, es que hace mucho calor ¿no sientes?
—Pues ya no hace tanto como días anteriores—respondió él mientras Soo-Ji caminaba hacia la entrada terminando de peinarse—dijeron que ya está pasando la ola de calor.
—Pues ojalá, amo más el frío—mencionó mientras salía.
Sin embargo ella no se percató que al voltear hacia atrás mientras platicaba con el chico tropezó con alguien.
